Siete recomendaciones para diseñar una web corporativa

Antes de comenzar a construir una página web corporativa, unas pequeñas consideraciones nos servirán para conseguir que nuestra presencia en Internet resulte efectiva y acorde a la empresa.

Publicado el 16 Mar 2009

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Laura Fernández, Responsable de Comunicación de Piensa Solutions.
“Quien no está presente en la red no existe”. Esta afirmación puede parecer demasiado exagerada, pero dada la trascendencia comercial de Internet en los últimos tiempos, las empresas que no tengan su propio hueco en la Red están invitando a sus competidores a ocuparlo.

Una página web nos ofrece la oportunidad de presentarnos ante nuestro público objetivo, dar a conocer lo que somos y lo que hacemos, sin ninguna traba económica ni temporal. Las ventajas que brinda un website son conocidas cada vez más por empresas y particulares, que lo utilizan para promocionarse y mostrar su imagen, productos, servicios, casos de éxito, datos de contacto, noticias de interés y un largo etcétera de elementos que servirán para que la empresa gane notoriedad en la Red.

Antes de comenzar a construir una página web corporativa, unas pequeñas consideraciones nos servirán para conseguir que nuestra presencia en Internet resulte efectiva y acorde a la empresa. En Piensa Solutions, tercera empresa española de hosting, hemos recopilado las siguientes recomendaciones que conviene tener en cuenta antes de lanzarse al ciberespacio:

Planificación. En primer lugar, antes de comenzar a diseñar la página, es necesario definir los objetivos que pretende alcanzar el site. Dependiendo de sus objetivos (vender productos, informar a los clientes, atraer visitas a la web…), tendrá unas características determinadas u otras. De este modo, nuestra finalidad nos servirá para elegir los contenidos, imágenes y diseño más efectivos. Respecto a cuestiones técnicas, como lenguajes de programación, tampoco es necesario preocuparse en exceso, ya que actualmente existen asistentes de creación web que permiten que cualquier persona, sin conocimientos técnicos, pueda crear su propia página web y actualice sus contenidos desde cualquier ordenador con conexión a Internet y sin instalar costosos y complicados programas informáticos.

Sencillez. En toda página web debe imperar la simplicidad y el equilibrio, tanto en los contenidos como en la estructura. Debemos ofrecer sólo aquella información que sea esencial, práctica y relevante para nuestro público objetivo, sin adornos superfluos y tener en cuenta que los internautas son muy exigentes. Si un internauta no encuentra lo que necesita en nuestro site o tarda en encontrarlo, irá a buscarlo a la página de cualquier competidor.

Facilidad de uso. Una página web debe organizarse en secciones razonables y consistentes, de tal modo que la navegación resulte casi intuitiva y sistemática.
Generalmente, los websites están estructurados con una página inicial y otras internas, articuladas mediante un menú de navegación que permiten al usuario encontrar la información que busca. La página inicial es el escaparate de la empresa y ofrece al usuario una primera impresión de cada negocio. En las páginas internas, se desarrolla toda la información relevante: detalle de los servicios ofrecidos, preguntas frecuentes sobre los productos, información de contacto…
También debemos evitar que el usuario tenga que desplazarse con el ratón para visualizar toda la página, y al mismo tiempo controlar que el tiempo de descarga no sea excesivo. Si el contenido tarda en desplegarse, el internauta volverá a la página anterior y pensará que la página web no funciona. Para ello, influye tanto el diseño como la calidad del proveedor del servicio de alojamiento.

Claridad. En el diseño de la página web debemos perseguir la máxima legibilidad y claridad posible. Hay que tener presente a la hora de redactar los textos que no se trata de un libro, por lo que se debe separar en párrafos e intercalar con imágenes. La cabecera y los títulos deben aparecen en letra grande y clara, con el fin de definir el enfoque de la página y ayudar al internauta a encontrar lo que busca.

Impacto visual. Cuando estemos diseñando nuestro website, hay que tener presente que Internet es un medio de comunicación multimedia, con un fuerte componente visual, pero que también tiene que resultar práctico, como hemos visto anteriormente. Las imágenes deben reflejar el estilo de la empresa y hay que crear una continuidad gráfica coherente mediante la selección, ajuste de tamaño y colocación de los elementos. En caso de incluir contenido multimedia, como sonido, audio, vídeo o animaciones, éste debe ser relevante para los internautas y aportar valor a la página web.
Para los textos, la mejor opción es elegir un fondo de color claro y sólido y el texto en negro para ofrecer una máxima legibilidad. El uso de colores muy oscuros o estridentes incomoda la vista.

Segundas opiniones. Antes de lanzar la página al ciberespacio, resulta aconsejable pedir opinión a otras personas o profesionales para que valoren el diseño y realicen pruebas de usabilidad y navegación. Asimismo, conviene revisar otras páginas web, tanto de competidores como de sectores ajenos, que nos proporcionarán pistas sobre los contenidos que mejor funcionan en Internet.

Actualización. No hay nada peor que una web abandonada. Una web donde la información no se renueva cada cierto tiempo queda relegada al olvido porque el usuario busca nuevos productos, promociones o noticias sobre el servicio que ofrecemos. Relegar la web perjudica a la imagen de una empresa, e incluso se puede llegar a que los clientes piensen que la empresa ha desaparecido.

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