Hoy en día pagar una compra a plazos es muy fácil. Podemos usar las tarjetas de crédito que llevamos en nuestro bolsillo para fraccionar el pago de una compra, incluso de un importe bajo, o recurrir a las ofertas de financiación que ofrecen las propias tiendas, incluso las online. Cada vez más comercios, desde tiendas de tecnología hasta operadoras de telefonía, permiten pagar compras a plazos. Las opciones de financiación son casi infinitas. Gracias al crédito, pagar productos de importe elevado es más fácil, ya que podremos pagar cuotas mensuales muy bajas (desde 12 euros al mes), nos explica el comparador financiero HelpMyCash.com. Pero ¿hasta qué límite es sano endeudarse?, ¿vale la pena comprarlo todo a plazos?, ¿cómo podemos saber en qué momento pagar a plazos se convierte en una práctica peligrosa?
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Los 5 consejos básicos para evitar sobreendeudarnos
Financiarnos no es malo. De hecho, es una gran herramienta para pagar determinadas compras. No obstante, la extremada facilidad con la que podemos acceder al pago aplazado puede hacer que acabemos sobreendeudados. Por ello, los expertos en financiación del comparador HelpMyCash.com nos dan cinco consejos básicos para utilizar la financiación de manera responsable.
1 – Decidir qué financiar y qué no
El primer consejo y el más básico es elegir bien qué pagar a plazos y qué no. Lo más aconsejable es evitar financiar compras habituales y recurrentes y únicamente hacerlo cuando se trata de grandes compras puntuales. Por ejemplo, no es recomendable financiar la compra mensual del supermercado todos los meses, pero sí que podríamos fraccionar el pago de un patinete eléctrico o de un mueble, ya que no se trata de un gasto recurrente.
2 – Dedicar el tiempo justo para devolver el dinero
La segunda recomendación de los expertos es que el tiempo que tardemos para devolver el dinero no debería ser más largo que la vida del producto en sí. Así, si queremos comprarnos un teléfono móvil financiado, nunca deberíamos tardar en pagarlo más de su vida útil. Es probable que al cabo de dos o tres años el teléfono ya no lo utilicemos, por haberlo cambiado o porque se haya estropeado. Sin embargo, si hemos escogido un plazo largo, podemos continuar pagando cada mes por un producto que ya no usamos.
3 – No dedicar más de un tercio de nuestros ingresos
En tercer lugar, debemos conocer cuánto dinero dedicamos a devolver compras financiadas al mes. Es fácil perder la perspectiva si fraccionamos pagos con regularidad. La clave para saber si comenzamos a estar sobreendeudados es comprobar si el conjunto de todos los pagos aplazados (créditos, tarjetas y otras financiaciones) supera el 30% de nuestros ingresos. Si la respuesta es afirmativa, hemos superado el límite recomendado por los expertos. Así, si cobramos 1.200 euros al mes, no deberíamos dedicar más de 360 euros a pagar nuestras deudas.
4 – Elegir bien con qué productos pagamos a plazos
Los expertos de HelpMyCash también aconsejan elegir la financiación más barata y la más adecuada a cada caso. Hoy en día existe una gran cantidad de opciones de financiación y comparar antes de elegir será vital para pagar menos. Igual que comparamos tarifas móviles antes de contratar una, lo mismo debemos hacer con la financiación. Por ejemplo, si queremos financiar un portátil, podremos recurrir a la financiación que ofrecen diferentes tiendas, a nuestra tarjeta de crédito o a un préstamo preconcedido si nuestro banco nos lo ha concedido. Sin embargo, no todas las opciones serán igual de baratas. Así, la financiación de la tienda podría tener un coste del 18% TAE mientras que el preconcedido que nos ofrece nuestro banco podría tener un interés del 8% TAE, una gran diferencia en el coste.
5 – Saber cuánto pagaremos en total
El quinto consejo es saber siempre cuánto pagaremos en total. Es común que cuando queremos pagar algo a plazos estemos más atentos al producto en sí y a cuánto nos costará cada mes. Pero saber cuánto pagaremos en total nos ayudará a decidir si vale la pena o no fraccionar la compra. Así, si financiamos una lavadora de 500 euros en seis meses y nos cuesta en total 560 euros, puede interesarnos pagar esos 60 euros de más. Sin embargo, si financiar esa misma lavadora nos cuesta en total 700 euros, no siempre nos valdrá la pena gastar 200 euros de más por evitar pagar de golpe.
El límite lo pondremos nosotros. Dependerá de cuánto estemos dispuestos a pagar de más según el producto a cambio de hacerlo en cuotas mensuales.