Durante los últimos 50 años la farmacia ha experimentado grandes mejoras, desde el espacio físico hasta la oferta de servicios y productos. Esto ha provocado una evolución paralela del perfil del farmacéutico que, en 2021, se enfrenta a nuevos desafíos y a una brecha digital que es necesario cerrar para adecuarse a las nuevas necesidades del sector sanitario y de los pacientes.
En la actualidad existen más de 22.000 farmacias en España, 1.000 más que hace una década, y la situación ha cambiado, ya que el abanico de opciones para los pacientes se ha multiplicado, sobre todo a causa de la aparición de internet y de los servicios de e-commerce. El sector de la farmacia se tiene que digitalizar para afrontar estos nuevos retos, sin dejar de lado los importantes valores humanos que siempre ha defendido y definido a esta profesión.
Con motivo del Día Mundial del Farmacéutico, LUDA Partners, la red de farmacias para luchar contra el desabastecimiento de medicamentos y productos de parafarmacia, ha identificado algunos de estos retos a los que se enfrentan los farmacéuticos de la era digital:
- Cerrar la brecha tecnológica: la velocidad a la que está evolucionando el sector farmacéutico obliga a los profesionales a mantener un alto nivel de formación, conociendo cuáles son las novedades del sector, qué herramientas pueden ayudarles a mejorar su negocio y, en definitiva, a no quedarse atrás y mantener su competitividad. Todo esto pasa por adoptar soluciones digitales, una de las tareas pendientes del sector farmacéutico.
Las herramientas digitales aportan numerosos beneficios, empezando por el económico ya que pueden mejorar la rentabilidad, pasando por el trato más personalizado a los pacientes y ofrecerles servicios sanitarios alternativos que hace unos años no hubieran sido posibles.
Ya existen grados de formación específicos para el sector digital en la farmacia, como el Máster para la Especialización en Servicios Profesionales Farmacéuticos, Economía de la Salud y Digitalización de Farmacias, impartido en la facultad de farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, destinados también a mejorar las competencias de los farmacéuticos de la era digital para afrontar los retos de salto digital que tienen por delante.
- Reconectar con el paciente: los pacientes ya no necesitan acudir forzosamente a la farmacia en busca de los productos de parafarmacia , y ya están acudiendo a canales de venta alternativos, como el ecommerce. Aquí, el farmacéutico de la era digital tiene el reto de reconectar con el paciente a través de las nuevas herramientas digitales y ofrecer ese trato cualitativo que los demás agentes de los canales digitales son incapaces de reproducir.
Los farmacéuticos deben reivindicar su factor humano y potenciar aquello en lo que más flaquean los servicios por internet u online. La capacidad de establecer relaciones personales, de atender de forma personalizada a los pacientes y, sobre todo, la cercanía de las farmacias con la gente, son elementos diferenciadores fundamentales para poner en valor su papel en la comunidad. Una venta online de sus productos, hecha a través de canales digitales y con el extraordinario consejo farmacéutico, vendría avalada por unas garantías profesionales que otras compañías no podrían emular y es ese punto diferenciador el que tiene que seguir explotando el sector, también en internet.
- Optimización y mejora de la rentabilidad de las farmacias: la aparición de más competencia y nuevos canales de venta, además de las características propias del sector, como la imposibilidad de manejar con libertad los precios que conlleva la limitación del margen de beneficios, son factores que afectan a la gestión de las farmacias. Adicionalmente, las nuevas necesidades de la población y la necesidad del adecuado consejo y atención en productos de parafarmacia ha provocado que se hayan reconvertido en establecimientos sanitarios orientados a la salud y el bienestar en general, aumentando su oferta de productos, como la parafarmacia y la ortopedia. Este cambio tiene un doble beneficio para el farmacéutico ya que, por un lado, diversifica los servicios de su negocio y, por otro, le permite obtener en ocasiones márgenes de beneficios más amplios con estos nuevos productos.
También se pueden emplear otras soluciones digitales para mejorar la rentabilidad, como la propuesta de LUDA Partners, ya que gracias a su red de farmacias que cooperan entre ellas se consiguen aumentos de facturación de hasta 400€ al mes por farmacia, además de luchar contra el desabastecimiento. De esta forma, el resto de farmacias ya no son competencia, sino que se convierten en aliadas, cohesionando al sector farmacéutico y permitiendo unir recursos para enfrentarse a problemas comunes, pues la red remunera cuando una farmacia refiere a un paciente que sí tiene un producto o trabaja un servicio especializado.
- Establecer alianzas con los demás agentes: los farmacéuticos y las farmacias son el nexo entre los pacientes y los fabricantes, asesorando, facilitando su correcto uso y dándole valor a los productos. Por eso, es fundamental crear vínculos fuertes con todos ellos, que les permitan crecer en su actividad. El farmacéutico tiene la delicada tarea de crear un ecosistema que resulte atractivo a todos los agentes del sector, a fin de que sea deseable usar sus servicios, tanto desde el punto de vista del paciente como del fabricante, especialmente en un momento en el que los nuevos canales de venta y de atención al cliente están desarrollándose.
- Mantener la figura del farmacéutico como eje del sector de la salud: la farmacia siempre ha sido para muchos pacientes un centro de primera necesidad al que acudir para hacer consultas de salud. Las farmacias forman parte de la vida de los barrios en los que se encuentran y la figura del farmacéutico siempre ha gozado de un halo de confianza, solidaridad y profesionalidad. Con la descentralización de los servicios farmacéuticos, las consultas en internet sobre salud y el desarrollo del ecommerce, el farmacéutico de la era digital tiene por delante el reto de mantenerse en el centro del sector de la salud. Por su formación, en las farmacias se pueden llevar a cabo labores de atención, información, seguimiento de tratamientos y enfermedades y de vigilancia de posibles efectos adversos de los medicamentos, un elemento cualitativo que es uno de sus grandes valores.
“El farmacéutico de la era digital tiene una serie de desafíos únicos por delante” comenta Jaime Acosta; farmacéutico titular de Madrid. “Los vertiginosos cambios en el sector sanitario, especialmente los relacionados con la tecnología y la salud digital, les proponen una serie de retos relacionados no sólo con la gestión de sus establecimientos, sino con el mismo papel de la farmacias en la sociedad digital, su formación y la forma de conocer e implantar dichos cambios en su día a día. Los farmacéuticos, como siempre han hecho, tienen que encontrar la forma de evolucionar y adaptarse