La actual coyuntura de crisis ha llevado a un estrangulamiento en la tesorería de las pymes que ha llevado a muchas de ellas al cierre o a sufrir una falta de liquidez que las inmoviliza y paraliza. Expertos de todos los ámbitos solicitan una actuación rápida por parte de instituciones y del sector financiero para evitar que la situación se prolongue y deteriore. IF Assessors, asesoría fiscal, laboral y jurídica para pymes, recomienda reinventarse y adaptarse al nuevo escenario de morosidad que posiblemente se extienda durante los próximos meses. La medida, importada por las pymes americanas consiste simplemente en fraccionar el cobro de toda partida pendiente que se tenga con los clientes. De esta forma, la mayoría de los saldos en mora empezarían a verse liquidados con el transcurso de los meses en lugar de ser incobrables. Según datos que manejan las diferentes organizaciones de asociaciones de pymes y autónomos, la mayoría de los saldos pendientes entre pymes es inferior a los 20.000 euros. Tal y como se destaca desde IF Assessors, si éstos se fraccionaran en doce sucesivos meses, la cuantía resultante sería asumible en la mayoría de los casos, con lo que el flujo de liquidez volvería a las pymes y a la economía real. Si administraciones públicas, empresas y consumidores pagaran a tiempo sus facturas, equivaldría a una inyección económica de 28.630 millones de euros. La necesidad de adopción de medidas para agilizar el cobro es urgente. De hecho, el 40% de las empresas españolas ve amenazada su supervivencia por los retrasos en los pagos. Esto, teniendo en cuenta que, según el Instituto Nacional de Estadística, a 1 de enero de 2011 había en España 3,25 millones de empresas, se traduce en que el cierre amenaza a 1,4 millones de compañías.
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