Itziar Cuenca, responsable del Área de Programas de Ayuda a la I+D+i de I3B
Todos los aspectos que conforman una organización, por pequeña que sea, deben estar orientados a la aportación de soluciones innovadoras, tanto por la generación de nuevos productos y servicios, como por nuevos procedimientos y nuevas formas de comunicación. Desde mi experiencia personal, creo que lo más aconsejable es poseer desde el origen una unidad específica que se encargue explícitamente de hacer las actividades innovadoras de la compañía. Si se carece de ella, muchas veces el conocimiento se estanca y no se distribuye correctamente entre los diferentes departamentos del grupo. Por ello, es necesario centralizar toda la actividad entorno a la innovación y que preferiblemente esté ligada a la dirección de la empresa.
Una unidad de investigación, cuyo fin sea promover soluciones y servicios innovadores, tiene como misión ser elemento tractor para que sus profesionales impulsen la misión innovadora de la empresa. Los investigadores que forman dicha unidad tienen como objetivo identificar la futura oferta de la compañía a medio-largo plazo para que, de esta manera, tenga una posición privilegiada en el mercado y pueda satisfacer con éxito las necesidades de sus clientes.
Considero que la unidad de investigación debe tener tres principios fundamentales: el primero sería la incorporación de la innovación en todos los procesos de una empresa, para que todos ellos, ya sean de producción, comerciales o de conocimiento, se realicen de forma innovadora. Luego, debe investigar nuevas formas en la relación con los clientes, vigilando que en todas las oportunidades y las ofertas haya elementos innovadores. Y por último, esta unidad debe contribuir al desarrollo económico y social de la empresa, para lo que es imprescindible que se realicen acciones para la divulgación de la innovación, formación, charlas, conferencias, foro, artículos y publicaciones.
Estas tres misiones deben realizarse dentro de una organización funcional compuesta por diferentes áreas de actividad. Entre los distintos departamentos, uno de los más fundamentales es el encargado de los programas de ayudas a la I+D+i. En principio, el objetivo de esta área puede centrarse en la obtención de financiación para la unidad de investigación mediante la participación en proyectos de I+D+i y en consorcios con otras empresas y en entidades nacionales e internacionales. El desarrollo de estas actividades seguramente ayudará a la consolidación de una red de relaciones y de conocimiento de los programas de ayudas, que beneficie al conjunto de la empresa.
Por ello, resulta de vital importancia que la unidad de investigación centralice la detección y obtención de ayudas y subvenciones para ayudar a la financiación de determinados proyectos, tanto para mejorar su resultado económico como para utilizarlo como argumento de venta en determinados clientes “sensibles” a financiar parcialmente sus proyectos a través de programas de ayuda a la I+D+i, o programas de ayuda en general.
De esta forma, la unidad de investigación tiene que estar en contacto directo con las diferentes unidades dentro de la empresa para identificar sus necesidades y las de sus clientes. Y por otro lado, es imprescindible realizar periódicamente reuniones con distintos centros tecnológicos y universidades, para conocer hacia donde van las nuevas tendencias y poderlas incorporar a nuestras áreas. Esta doble actividad nos permite estar tecnológicamente preparados para contribuir a identificar y desarrollar la oferta de nuestra compañía a largo plazo, así como contribuir a la misión innovadora de nuestro grupo, garantizando el éxito en la evolución.
