La buena gestión de los residuos es una de las prácticas imprescindibles para contribuir al cuidado del medio ambiente, especialmente cuando se trata de residuos electrónicos. La basura electrónica contiene sustancias y materiales que pueden ser muy perjudiciales para los ríos y mares, pero también para los seres humanos. Según los últimos datos del informe Global Transboundary E-waste Flows Monitor 2022, en 2019 se generaron un total de 53,6 toneladas de residuos electrónicos a nivel mundial, de los cuales solamente el 17% se habían gestionado de forma respetuosa con el medio ambiente.
Los constantes avances en materia de tecnología convierten nuestros dispositivos en herramientas muy útiles, pero con una fecha de caducidad temprana. La obsolescencia de los productos tecnológicos obliga a los consumidores a renovar constantemente móviles, ordenadores, tablets… Según las últimas estimaciones elaboradas por Kantar, en España el ciclo de vida medio de los móviles es de un año y ocho meses. Según ANOVO, empresa líder en servicios de postventa tecnológica, “pese a que los dispositivos electrónicos están capacitados para tener una vida útil más larga, muchos usuarios los cambian cuando detectan los primeros fallos y, realmente, existe una alternativa a la sustitución mucho más económica y ecológica: la reparación”.
En este sentido, desde ANOVO reconocen que “reparar dispositivos electrónicos es una opción perfecta para aquellos que busquen funcionalidad a un bajo precio”. Por otra parte, optar por cuidar al máximo los dispositivos con mantenimiento preventivo y apostar por reparar antes que comprar uno nuevo, es crucial para contribuir a un sistema productivo que priorice la circularidad de los productos. Una acción muy necesaria para reducir la contaminación que este tipo de residuos acaba generando.
Revertir esta situación pasa necesariamente por la toma de conciencia y de decisiones individuales. ANOVO expone las acciones que podemos llevar a cabo individualmente para reducir esta gran cantidad de residuos:
- Optar por la reparación: alargar la vida útil de los dispositivos es indispensable a la hora de luchar contra un consumismo de usar y tirar que supone la creación de más residuos. Según fuentes de ANOVO, “valorar el tipo de daño y considerar la reparación es una decisión muy acertada cuando se trata de mejorar la situación medioambiental, así como la economía de los usuarios”.
- Hacer un consumo tecnológico responsable: La felicidad que nos aporta tener un dispositivo nuevo es innegable, pero dejar atrás esa sensación momentánea y valorar las necesidades reales es lo mejor que se puede hacer no solamente para la economía de cada uno, sino también para evitar la creación innecesaria de residuos electrónicos.
- Reciclar correctamente estos residuos: Una vez el móvil, ordenador, impresora o cualquier otro dispositivo electrónico ya ha dejado de funcionar y es irreparable, la mejor opción es reciclarlo de forma correcta. Es tan simple como llevarlo a los puntos de recogida más cercanos, entre los cuales se pueden encontrar puntos limpios, puntos de venta o greenshops, que son tiendas comprometidas con el medioambiente y la gestión de basura electrónica.