Gerardo Díaz Ferrán: Los beneficios de las TI

El presidente de la patronal, CEOE, advierte de la necesidad de acometer reformas estructurales que permitan a nuestra economía ser más productiva. La inversión en TI es indispensable en este escenario.

Publicado el 07 Ene 2010

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Gerardo Díaz Ferrán
PRESIDENTE DE LA CEOE
Este año 2009 nos ha deparado una fuerte contracción de la actividad económica, como continuación del proceso de deterioro que ya sufrimos en 2008. Esta situación, de dimensión global, ha afectado de desigual manera a los distintos países y, lo que es más importante, la salida del proceso de crisis se producirá también de manera desigual en la forma y en el tiempo. Desde CEOE llevamos ya algunos años advirtiendo de la necesidad de acometer reformas estructurales de profundo calado que permitan al conjunto de nuestra economía sobrellevar de una manera solvente escenarios como el que actualmente vivimos.
El paulatino deterioro de nuestro nivel de competitividad sufrido en los últimos años hacía presagiar, incluso en los momentos de crecimiento de nuestra economía, que era necesario hacer una apuesta firme y decidida por aquellos elementos que pudieran aportar ventajas competitivas a nuestro tejido empresarial. Me estoy refiriendo, evidentemente, al desarrollo de la Sociedad de la Información, a la implantación de las nuevas tecnologías y a la Investigación, el Desarrollo y la innovación.
A nadie se le escapa que corren tiempos muy difíciles para las empresas de todos los sectores de actividad de la economía española, incluido el sector de las TIC. Las empresas y los hogares posponen sus decisiones de compra en tecnología ante la situación por la que atraviesan, provocando, en muchos casos, un estancamiento de la demanda de determinados productos tecnológicos.
El frenazo de nuestra economía pone en riesgo las imprescindibles inversiones en nuevas tecnologías, sin las cuales será complicado que mejore nuestro nivel de competitividad. Los últimos datos disponibles indican una cierta ralentización del crecimiento e incluso una disminución de algunos indicadores básicos para que nuestras empresas, especialmente las pequeñas y medianas empresas, puedan competir con garantías en unos mercados tan globalizados como los actuales.
La grave situación de crisis que ha sufrido nuestro tejido empresarial ha obligado, en muchos casos y especialmente en las empresas de menor tamaño, a una drástica reducción de las inversiones en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, en formación del personal TIC y, en última instancia, en los proyectos de comercio electrónico que estaban pendientes de ejecución. En este sentido, parece que las dificultades financieras son actualmente uno de los grandes frenos al desarrollo de la Sociedad de la Información en las empresas, mientras que el temor a invertir por desconfianza o desconocimiento de la tecnología se ha reducido significativamente.
La situación es también extrapolable a las economías domésticas, a las que, evidentemente, afecta el entorno económico actual, pudiendo provocar un envejecimiento del equipamiento de los hogares.
Por otro lado, la Administración constituye un elemento muy importante para el correcto desarrollo de la Sociedad de la Información. Una adecuada aplicación de las políticas que contribuyen al mismo conseguiría
eliminar las barreras de acceso, constituyendo un elemento decisivo para potenciar la formación y la integración social, facilitando el acceso a la red de los colectivos de discapacitados y zonas rurales. La Administración debe servir de motor de arrastre de ciudadanos y empresas para la utilización de las nuevas tecnologías, así como un elemento activo en la atracción de inversión extranjera.
Para ello, nuestro marco administrativo, fiscal y laboral debe dotarse de la suficiente flexibilidad y eliminar, en la medida de lo posible, los evidentes perjuicios que para una empresa multinacional supone la adecuación a diferentes regulaciones autonómicas, diferentes horarios de trabajo o comerciales, las problemáticas obligaciones lingüísticas, etc.
Entendiendo que la tecnología es un elemento fundamental para elevar el potencial de crecimiento de una economía y que tiene efectos positivos en todos los sectores de actividad, desde CEOE consideramos
como necesarias todas las acciones y sinergias que tengan como objetivo la facilitación de su desarrollo y efectiva implantación.
En este sentido, deberían mejorarse determinados aspectos esenciales para hacer de la nuestra una sociedad moderna y avanzada tecnológicamente. En algunos de ellos el camino ya se ha iniciado, sin embargo, es preciso dar un impulso en determinadas materias que nos permita converger adecuadamente.
A principios del próximo año 2010, España afrontará la Presidencia de la Unión Europea en un momento en el que se hará efectiva la renovación de la Agenda de Lisboa, teniendo sobre la mesa una serie de medidas orientadas a mejorar la competitividad de los países miembro. No podemos dejar pasar esta oportunidad para servir de ejemplo como un país que, a pesar de las grandes dificultades por las que atraviesa, apuesta por la tecnología y por la I+D+i.
En este sentido, España debería hacer un esfuerzo adicional para incrementar la inversión en ‘infoestructuras’, sin olvidarnos de establecer un marco legal adecuado para su desarrollo. No debemos olvidar tampoco el potencial que tienen las TIC para establecer mecanismos de ahorro y eficiencia energética y en favorecer un medio ambiente sostenible.
Por todo ello, es vital que nuestro tejido empresarial, especialmente las pequeñas y medianas Empresas, aproveche los beneficios que la tecnología aporta a su actividad empresarial, en el convencimiento de que es necesario optimizar nuestros procesos para competir con aquellos países de nuestro entorno y, por eso, es tarea de todos trasladar la utilidad que tienen las TIC para los ciudadanos y empresas de nuestro país.

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Redacción TICPymes

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