En la era de la globalización, las fronteras han casi desaparecido y han dado lugar a un mundo más competitivo. Todo esto hace necesario que las nuevas generaciones necesiten dominar una serie de herramientas, que suponen un reto para la educación en cualquier centro educativo. En este sentido, la Comisión Europea estima que en 2020 se habrán creado más de 800.000 nuevos puestos de trabajo vinculados al desarrollo de la economía digital. ¿Estamos formando adecuadamente a los profesionales del futuro?
Está claro que los centros escolares han demostrado mayor capacidad de transformación y adaptación a los nuevos tiempos que las propias leyes, ya que la gran mayoría se encuentran inmersos en un proceso de innovación y transformación digital en sus aulas. No hay que olvidar que la verdadera innovación no radica en la mera incorporación de las tecnologías en las aulas, sino en su utilización didáctica como medio para favorecer el aprendizaje.
En este sentido, ¿quién apuesta más por la innovación, la escuela pública o privada?
Parece que en principio la mayoría de los centros escolares apostarían por la innovación junto con la educación personalizada, ya que así lo muestran en los mensajes que nos encontramos cuando visitamos la página web de cualquiera de ellos. Pero ¿es esto una realidad o simplemente una estrategia publicitaria para conseguir más alumnos?
Según un estudio realizado en 2017 sobre el uso de las tecnologías, en las aulas solo el 67 % de los docentes utiliza las TIC a diario, y solo el 41 % de las clases tienen un dispositivo por alumno. Entre los mayores retos con los que se encuentran los colegios a la hora de implantar la tecnología en las aulas están: la falta de conectividad (60,5 %), la falta de formación del profesorado (47,4 %) y la falta de dispositivos (42,5 %).
Algo muy representativo de la situación en la que se encuentran los colegios dentro de este proceso de transformación digital es que tan solo el 48,2 % de los docentes consideran que las herramientas tecnológicas introducidas en las aulas se alinean con los objetivos pedagógicos del centro.
Virginia Ricoy, CEO de Walinwa, argumenta lo siguiente: “La apuesta de los colegios por la innovación no depende tanto del tipo de colegio como de las personas que lo dirigen. Está claro que el presupuesto a priori puede condicionar, pero básicamente dependerá de las prioridades que tengan los colegios a la hora de distribuirlo. Nuestro método está presente en colegios públicos, concertados y privados en igual medida”.
Todavía quedan muchos deberes por hacer por parte de los colegios para llegar a ese proceso de transformación digital e innovación. Las nuevas tecnologías están aquí para quedarse y no tiene sentido resistirse al cambio. Aunque se están dando pasos importantes en esta materia, es más que evidente que en otros países europeos hay mayor nivel de concienciación y de formación. El reto para España es introducirlas en la educación de forma eficaz para unas generaciones que ya están completamente habituadas a ellas, los denominados nativos digitales.