Más un tercio de los arrendamientos de vehículos que se realizan en España ya son flexibles -17%-, frente al modelo tradicional basado en el renting financiero, según un estudio conducido por la firma Reflex. La actual situación económica esta reduciendo la contratación de flotas de vehículos a nivel general. Una caída que acumula -en el primer semestre de 2009- unos 130.000 coches menos frente a 2008. La modalidad de renting flexible no se salvó del batacazo general y experimentó una caída del 10%, sin embargo se salva honrosamente frente al renting financiero, que acumula un descenso en el primer semestre de un 49,6%.
“Existe una clara migración de clientes del renting convencional hacia este tipo de soluciones, ya que elimina el concepto básico de penalización por tiempo o cambio de vehículo, entre otros servicios de valor añadido” señala Avelino Gozalo, Director de Desarrollo de Negocio de Reflex. “Además, la entrada de compañías de mediano y gran tamaño, que requieren gestionar flotas con carácter puntual o estacional y que buscaban una mayor flexibilidad y agilidad, también acude a nosotros. Se trata, en definitiva, de facilitar al cliente la administración y dimensionamiento de su flota. Estamos cubriendo las necesidades de un sector del mercado hasta ahora desatendido y que apuesta por nosotros, por ello, el ‘renting’ flexible dispone ya de una flota de 92.000 vehículos en nuestro país” concluye Avelino.
El análisis según Reflex, destaca que el plazo de duración de los contratos se sitúa en los 26,2 meses frente a los 42,94 meses del renting financiero, aspecto que demuestra la existencia de un mercado empresarial que atiende a unas necesidades temporales nuevas de vehículos, tradicionalmente desatendido. Las empresas buscan ajustar sus flotas ante el actual panorama de incertidumbre económica. Las diferencias intrínsecas entre ambos modelos beneficia claramente al renting abierto, que se prevé vaya ganando cada vez más cuota de mercado.
Ajustar la flota sin costes añadidos
Reducir el número de vehículos de forma anticipada a la finalización de los contratos, sustituir el perfil de la flota por vehículos más económicos o directamente devolver los vehículos, son algunas de las soluciones, asumidas ya por las empresas españolas. Sin embargo y en la mayoría de los casos, sus contratos de renting financiero -con permanencias de tres a cinco años- penalizan la devolución anticipada, aumentando las tensiones de liquidez en las empresas y retrasando su toma de decisiones.
Reflex aboga por flexibilizar y agilizar los modelos de contratación y gestión de las flotas. El contrato de renting abierto no obliga a tiempos mínimos de permanencia, cancela el concepto de penalización e integra, en una única factura, el resto de servicios asociados tradicionalmente al alquiler de vehículos de larga duración: coche de sustitución ante imprevistos o averías, mantenimiento preventivo y correctivo, seguros, gestión administrativa de los vehículos (impuestos, tasas, multas, etc.) o asistencia en carretera. De esta forma, el cliente paga sólo por el tiempo de uso del vehículo y cuenta, en todo momento, con una flota flexible y dimensionada a la evolución y necesidades de su negocio (campañas puntuales, estacionalidad de ventas, ajustes temporales de estructura, etc.).
Este modelo de contrato cuenta también con otras ventajas adicionales. Los clientes pueden modificar la tipología de vehículos en el mismo contrato, sin necesidad de cambiarlo o asumir por ello penalizaciones. Por último, y desde el plano financiero, no requiere ser activado en el balance, a diferencia de aquellos contratos de renting financiero que contienen cláusulas de indemnización por cancelación anticipada, extensiones en el plazo de los contratos o recargos por pérdida de valor residual del vehículo.
