Las pymes gallegas ya están empleando métodos de gestión del conocimiento, pero de forma desorganizada y sin una planificación estratégica. Esta es una de las principales conclusiones extraídas del informe “Diagnóstico da situación da xestión da Xestión do Coñecemento e a súa relación coa xeración de valor en Galicia”, elaborado por el Centro Tecnológico AIMEN, que se ha presentado en una jornada celebrada en sus instalaciones en O Porriño. Para su realización, ha contado con el apoyo de la Consellería de Economía e Industria de la Xunta de Galicia, en el marco del Plan INCITE. El principal objetivo ha sido identificar el nivel de maduración de la gestión del conocimiento en Galicia y su integración en las diferentes organizaciones. La metodología empleada por el equipo de AIMEN, experto en organización industrial, se basó en una encuesta a empresas representativas de los diferentes sectores productivos, centros tecnológicos y departamentos de investigación del ámbito científico-tecnológico de las tres universidades gallegas.
El documento analiza la actitud de las entidades ante diferentes aspectos como son las prácticas más próximas al factor humano (modelos de gestión, estilos de liderazgo, estructuras, sistemas organizativas, etc.), las actuaciones relacionadas con la codificación del conocimiento, los sistemas de almacenamiento y recuperación del mismo (estructura de redes, comunicaciones, sistemas intranet-extranet y bases de datos, etc.), las razones para su uso, las principales barreras encontradas para su implementación y los resultados obtenidos.
Según este análisis, el empresariado gallego adopta prácticas de gestión del conocimiento fundamentalmente para dirigir el crecimiento de la compañía, mejorar la eficiencia y la productividad de los empleados e incrementar la adaptación de los productos y servicios a los requerimientos de los clientes. Del mismo modo, reconoce que la dificultad para integrar todos los sistemas o estructuras organizativas y para encontrar e implantar herramientas eficaces, fueron barreras para la gestión del conocimiento en sus firmas.
Solamente el 15% de las organizaciones diagnosticadas declara disponer de un programa específico para este ámbito, y el 3% dice destinar un presupuesto propio para estas prácticas. De hecho, este tipo de recursos se emplean en el marco de mejora continua, dando respuesta a necesidades concretas de los procesos, pero no con una estrategia global.
El estudio señala también que las acciones más habituales en este campo están relacionadas con el factor humano (el intercambio de información entre personas), más que con la gestión documental o la codificación de los conocimientos de las organizaciones. En cuanto a las TIC, las más extendidas son las menos específicas para facilitar la gestión del conocimiento; por el contrario, las más habituales son las herramientas de aplicación más general: internet, e-mail, bases de datos e intranet.
Por otro lado, el documento ofrece algunas recomendaciones. La primera es que previo a la implantación de un programa de gestión o una herramienta específica, la organización debe determinar qué es lo que espera de la gestión del conocimiento e iniciar un proceso de reflexión sobre la misma, alineando sus iniciativas con el plan de acción y los procesos empresariales. Consideran también que la gestión del conocimiento “debería convertirse en una parte natural del trabajo diario de todo el personal y que debe ser introducida gradualmente”. Además, el informe indica que las instituciones gubernamentales“también pueden intervenir, impulsando su adaptación en las empresas, fomentando la creación de centros de apoyo, incidiendo en la educación y la formación, y, en última instancia, creando un marco jurídico que recoja las necesidades de la sociedad del conocimiento y su actividad innovadora”.
