Hierbas medicinales con arsénico encontrados en Suecia y procedentes de China, pescado chino con formaldehido comercializado en supermercados estadounidenses o 20 toneladas de carne falsa incautada en el propio país asiático, son algunos de los últimos escándalos en los que se ha visto envuelta la industria alimentaria del Gigante Asiático.
Tal y como desvela el Barómetro Q3 realizado por AsiaInspection, la falta de controles de calidad en este tipo de productos tiene como consecuencia que sigan dándose casos de enfermedad y muerte por alimentos procedentes de China.
Cada año más de 10 millones de envases de alimentos se importan a los Estados Unidos, de los cuales más del 60% provienen de países en desarrollo, con China a la cabeza. El problema es que, según ha admitido la FDA (Food and Drug Administration), “sólo se inspeccionan el 1,5% de los envíos de alimentos recibidos”.Alex Makow, Director de AsiaInspection para Europa, mantiene que “mientras se hayan superado las inspecciones pertinentes no hay por qué temer. El problema es que todavía gran parte de las importaciones no se somete a los controles necesarios”.
Debido al grave riesgo para la salud pública que supone la mala manipulación de alimentos, AsiaInspection cuenta con una división especializada, AsiaFoodInspection, que analiza exhaustivamente este tipo de mercancía, que puede llegar a producir no solo enfermedades, sino también muertes.
Pero el Barómetro Q3 ofrece también datos positivos, como es el aumento de un 93% de las inspecciones de alimentos durante el tercer trimestre de 2013, respecto al mismo periodo de 2012. Además, las Auditorías de Higiene de Alimentos en fábricas productoras también se incrementaron un 89%, lo que muestra una creciente preocupación de la industria alimentaria por el cumplimiento de las normas internacionales de higiene en las instalaciones asiáticas.
“Sin duda, se trata de unos datos muy positivos que reflejan que cada vez son más las empresas importadoras que apuestan por la Responsabilidad Social Corporativa y por ofrecer la mayor calidad y la seguridad de los productos que comercializan. Una inspección a tiempo puede evitar consecuencias irreparables en un futuro”, concluye Makow.