Código de barras: una tecnología muy conocida pero poco utilizada por las pymes

El código de barras es una tecnología que utilizan a menudo los grandes almacenes y que sigue revolucionando industrias críticas para la economía como la logística y el retail. Sin embargo, no ha conseguido generalizar su uso en las pymes

Publicado el 05 Jul 2021

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Las pymes no acaban de generalizar el uso de la tecnología del código de barras para gestionar su almacén. A pesar de sus múltiples beneficios para el negocio implementar esta tecnología aún sigue siendo un reto desafiante pada muchas pymes. Básicamente porque piensan que puede ser difícil o caro.

Ninguna de estas dos justificaciones es exacta. En realidad, la tecnología de código de barras proporciona una manera rápida, precisa y barata de codificar la información. Datos como la fecha de envasado, número de lote, procedencia, etc. en una combinación de líneas y números que se imprimen en las etiquetas de los artículos.

Los equipos de impresión y lectura de código de barras son realmente asequibles. Además, son muy fáciles de conectar e instalar. Las aplicaciones que se utilizan para generar etiquetas también son baratas. Y, frente a la inversión que genera la implantación de un sistema de código de barras, encontramos un ahorro aún mayor tanto en los procesos para capturar los datos, como en la subsanación de posibles errores. Esta tecnología trabaja con un nivel de precisión extraordinario, lo que evita tener que destinar recursos -en términos de tiempo y/o dinero- a la revisión y reparación de fallos.

Pablo Couso, director comercial de Datisa dice que “estas barras verticales oscuras y claras utilizan una secuencia de espacios para representar números, letras y símbolos. El valor que aportan en la gestión del almacén, especialmente, en el control de inventarios, es crítica para el crecimiento del negocio. En estos procesos críticos, la precisión y la eficiencia marcan la diferencia, especialmente en un entorno tan competitivo y desafiante como el actual”.

Sin embargo, a pesar de haber demostrado las múltiples ventajas que aporta la tecnología del código de barras sigue sin generalizarse su uso en el ecosistema pyme. Los expertos de Datisa apuntan a las siguientes razones:

1. Falta de conocimiento real de la tecnología y de las implicaciones de su implementación.

2. Apuesta por un “o todo o nada”: avanzar desde cero hacia estrategias de movilidad en el almacén, sin valorar otras opciones previas, quizá más ajustadas a las necesidades reales de la organización. Ello provoca que a menudo se acaba descartando el proyecto, al no enfocarse como un proceso gradual.

3. Escasa evaluación y análisis respecto al tiempo implementado en la captura manual de los datos. O en el impacto económico de los errores que se puedan cometer.

4. Desconocimiento del impacto sobre el negocio de procesos críticos como la gestión y el control del inventario.

Frente a estas reticencias, el director comercial de Datisa resume en los siguientes puntos las ventajas clave de la aplicación del código de barras en la gestión de un almacén. Incluso en un almacén de dimensiones pequeñas y medianas:

  • Etiquetar y codificar artículos permite automatizar muchos procesos. Y, por tanto, ser más ágiles y eficientes.
  • Optimizar la recepción y envío de mercancías. También su ubicación para facilitar accesos y entradas/salidas en función, por ejemplo, de sus fechas de caducidad.
  • Facilitar la gestión y control de inventarios, la “salvia” de cualquier almacén
  • Garantizar la trazabilidad total dentro y fuera del almacén al proporcionar información sobre lotes, números de serie o códigos, incluso fechas de fabricación o de caducidad, etc.

En definitiva, la codificación de artículos con código de barras es un proceso muy fácil de implementar. Y, las ventajas que reporta son notables. Además, su integración con las plataformas ERP permiten centralizar procesos y consolidar la información que maneja la organización. Proporciona un acceso sencillo y rápido al dato. Y, con ello, una mejora de procesos evidente que repercute tanto en la operativa del almacén, como en la calidad del servicio que se presta a los clientes. Por supuesto, su impacto también se deja ver en términos de rentabilidad.

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Redacción TICPymes

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