Son dos los pilares sobre los que, de aquí en adelante, habrá de fundamentarse el éxito de las pymes, y más con la que está cayendo. Si la pyme es capaz de hacer suyos los principios funcionales de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y de Internet 2.0, los integra en su modelo de negocio y se preocupa por comunicar, tendrá una enorme ventaja competitiva respecto a unas grandes compañías con una capacidad de acción menoscabada y cada vez más alejadas de las personas.
Responsabilidad Social, Red Social, “stakeholder”, 2.0, “webmaster”, html… Menudo lío de términos, siglas y tecnicismos. Si eres empresario o trabajas en una pequeña o mediana empresa, que no te líen. Esta maraña terminológica no es sino fruto de la creación de ejecutivos de grandes compañías que necesitan verbalizar de una manera “más profesional” lo que tú, con tu saber hacer, has estado haciendo toda la vida.
Gente sesuda y muy bien pagada ha redescubierto lo que la pyme jamás ha olvidado, esto es, el valor de las personas. Eso sí, después de llevar a cabo complejos procesos internos, análisis de mercados en medio mundo y amplísimos estudios de caras consultoras. No obstante, lo cierto es que este proceso ha conseguido reflejar en una maravillosa presentación de PowerPoint toda una serie de conceptos que conviene tener presentes de forma estructurada para poder actuar en consecuencia en el mundo en que vivimos.
Responsabilidad Social Corporativa (RSC)
Las pymes deben aprovechar el impulso general que sociedad y consumidores están dando a los nuevos valores de la RSC. La gran empresa centra sus esfuerzos en el “qué hacer” o “qué justificar”, mientras que la pequeña ya tiene el trabajo hecho.
En torno a la RSC hay mucho ruido y mucha teoría, pero bajo mi punto de vista todo se reduce a algo que las grandes empresas han olvidado y que las pymes no han dejado pasar por alto. La gran compañía ha olvidado el impacto económico, social y ambiental que su actividad empresarial produce sobre las personas. Es decir, han olvidado gestionar “con cariño” sus grupos de interés. Unos grupos o “stakeholders” que pasa ti se constituyen como tus adorados accionistas, tus imprescindibles clientes, tus compañeros proveedores o tus queridos empleados, un entorno con el que te relacionas bajo un principio único: “vive y deja vivir, progresa y haz progresar a los demás”.
La pyme no ha olvidado la repercusión derivada de su actividad porque, para empezar, los accionistas suelen ser primos, hermanos o buenos amigos; los clientes son colegas a los que nunca dejarías tirados; los proveedores son un activo más de tu empresa, y muchas veces vienen a la comida de Navidad, y los empleados son los padres de tu ahijado. Tú, como pyme, no te has olvidado de las personas, no te lo puedes permitir. Así, en materia de gestión de stakeholders, las pymes tienen el trabajo hecho. Ahora sólo queda transmitirlo y es ahí donde radica el reto de la pyme: COMUNICAR. Pero, ¿cómo hacerlo? ¿Con qué recursos?
La gran corporación ha tenido tradicionalmente el poder porque tenía los recursos para hacerlo: grandes campañas, estrategias de marketing, planificación de medios… Con dinero todo ha sido posible, hasta Hoy.
Pero Hoy es un país diferente. Hoy es una realidad en la que Internet permite a la pequeña empresa acceder a servicios y tecnologías prohibitivas hasta hace poco. Hoy permite llegar a millones de personas en todo el mundo sin pomposidad, con naturalidad y con una buena idea, un buen comunicador, o un buen chiste… Hoy es el país en el que las personas y su capacidad de comunicar son lo importante.
Internet 2.0
No me quiero repetir, pero no puedo evitarlo. Internet 2.0 es sinónimo de “personas en el centro”, el mismo principio que, curiosamente, rige la RSC.
En otro ejercicio de reducción al absurdo, para mí el Internet de hoy no es más potencia, más velocidad o menos costes. Para mí, Internet es mayor transparencia y diversidad, millones de canales de comunicación, tantos como personas están conectadas. Pero ojo, las personas somos cada vez menos crédulas y elegimos de quién o de qué nos fiamos, o quizá no. Mira que es difícil fiarte de quien no te considera un grupo de interés, de quien no te trata bien, de quien no te considera o simplemente de quien no te demuestra cariño. Por todo ello, necesitamos una cada vez mayor sintonía personal.
Y ahí está el valor de la pyme y su potencial, en las personas que forman parte de su ecosistema empresarial.
La fórmula es sencilla. La RSC no es sólo cosa de grandes, sino de empresarios o emprendedores como tú. Aunque no tengas memoria de sostenibilidad, atrévete a usarla como herramienta de comunicación y ventaja competitiva porque estás más que legitimado para hacerlo. Aprovecha el ecosistema de servicios que, a día de Hoy, pone a tu alcance Internet. Si los usas con transparencia y honestidad y son utilizados por personas para comunicarse con personas, verás un impacto muy positivo en tus adorados accionistas, tus imprescindibles clientes, tus compañeros proveedores y tus queridos empleados. http://www.docontime.com/