Raúl Gonzalo, Consultor senior del área de Tecnología de Everis Cuando hablamos sobre innovación, existe la tendencia de centrarse sólo en los avances técnicos o como mucho en la mejora de productividad que nos puede ofrecer. Sin embargo, también tiene consecuencias a nivel social, educativo y en última instancia laboral. Una muestra lo encontramos en los nativos digitales y los cambios que van a provocar en el entorno laboral.
Un nativo digital es una persona experta en el uso de las nuevas tecnologías. Normalmente, se suele considerar nativos digitales a los nacidos desde los años noventa, ya que han crecido rodeados de tecnología, pero el término puede englobar a todos los que interactúan de una forma natural con la tecnología, independientemente de su edad. Como término complementario, se suele mencionar inmigrante digital (educados en un entorno no tecnológico, pero que se han adaptado a la nuevas tecnologías) y como opuesto analfabeto digital.
Actualmente, debido a que la gran mayoría de los denominados nativos digitales se encuentran en la universidad o en el instituto, existe un debate sobre los métodos y la forma que debe tener la educación con respecto a estudiantes que en muchos casos dominan las nuevas herramientas tecnológicas mejor que sus propios profesores.
Pero si damos un paso más, ¿qué ocurrirá en unos pocos años cuando estos estudiantes se incorporen al mundo laboral de forma masiva? ¿Están las empresas preparadas para aprovechar a un nuevo tipo de trabajador? o más aún, ¿están dispuestas a realizar una serie de cambios para resultar atractivas a esos nuevos empleados?
En empresas en las que los pioneros entre los nativos digitales ya están asentados, ya se ven características diferenciadoras, como son un enfoque diferente con respecto a la percepción de la privacidad, estando en muchos casos la identidad personal ligada a la información digital (pertenencia a redes sociales), es decir, consideran su identidad digital como algo adicional y no separado de su identidad personal; la forma en la que realizan el aprendizaje o formación es más ágil y normalmente on line, al estar acostumbrados a un entorno tecnológico que cambia constantemente; no conciben el entorno laboral sin herramientas colaborativas; suelen buscar y necesitar un mayor grado de autonomía; y por último, poseen un sistema diferente de valores laborales, con un mayor énfasis en la colaboración y en la innovación, pero también con una mayor tendencia a la movilidad laboral.
Muchas compañías están todavía asentando su identidad corporativa en la red o en el caso de las más avanzadas, adaptándose a la llamada Web 2.0. Sin embargo, no se pueden detener ahí, ya que se deben afrontar cambios tanto a nivel organizativo como técnico para no quedarse ancladas en el pasado y perder competitividad.
Con respecto a los cambios en apartado tecnológico de la compañía hay que plantearse las siguientes preguntas: teniendo en cuenta todas las herramientas a disposición de los trabajadores, ¿tiene sentido mantener determinados servicios corporativos? Por ejemplo, ofrecer una cuenta de correo corporativo cuando todos tus empleados disponen ya de cuentas personales y se encuentran totalmente identificados con ellas. Si tus trabajadores están cada vez más acostumbrados al uso de entornos virtuales y herramientas colaborativas, ¿por qué no usarlos de una forma efectiva, permitiendo abaratar costes en reuniones y formación? De igual forma, ante unos trabajadores habituados al uso de nuevos dispositivos móviles, ¿no deberíamos plantear soluciones de movilidad y teletrabajo?
Si pensamos en el terreno organizativo, tenemos que adaptar la mentalidad y filosofía corporativa: las organizaciones deben estar enfocadas más como redes y menos como jerarquías para poder aprovechar las características del nuevo trabajador. Un ejemplo lo encontramos en los procesos de contratación de nuevos empleados; si se mueven en redes sociales, las empresas deben ir allí a buscarlos y es ahí donde las empresas deben hacerse atractivas a los ojos de los nuevos trabajadores. Hay que tender a un modelo de “empresa 2.0”, creando un dialogo entre trabajadores, clientes y dirección.
Teniendo en cuenta los cambios educativos y laborales que los nativos digitales causan debemos actuar ante el cada vez mayor desfase entre el uso de las últimas tecnologías por parte de las nuevas incorporaciones y el modo de trabajo más tradicional, una diferencia que repercute en la eficacia de todos los trabajadores.