La innovación más allá de lo físico

Alberto Fontecha, RPS Solution Manager de Ibermatica.

Publicado el 27 Sep 2010

¿Es nuestra empresa innovadora o no? Cuando nos hacemos esta pregunta, buscamos la respuesta en ciertos indicadores que nos sirvan para evaluar nuestro nivel de innovación.

Normalmente, nos fijamos en lo físico, lo material: los productos que fabricamos y vendemos. Hacemos un recuento de los productos nuevos que hemos lanzado al mercado (hayan tenido éxito o no), el número de patentes o modelos de utilidad a nuestro nombre, la cifra de nuestro gasto en I+D, las nuevas adquisiciones de máquinas de producción etc. Existen unos cuestionarios de evaluación, muy bien elaborados, que nos darán una visión general de nuestra posición en este tema clave.

Sin embargo, quiero destacar aquí la importancia de ser innovadores más allá de lo físico y extender la innovación a lo organizativo. ¿Quién es más innovador, el que inventa un nuevo producto o el que aplica un nuevo sistema para mejorar radicalmente el proceso de desarrollo de productos?

He utilizado el concepto “mejora de proceso”, dando por hecho que existe un proceso. Pero existen empresas donde ni siquiera hay un proceso definido: En ellas, el lanzamiento de productos al mercado es fruto de las oportunas ideas que el dueño o el líder de la empresa suele tener cada cierto tiempo.

A esto yo le llamo “la innovación como suceso”. Ocurre de vez en cuando, funciona por presión, distorsiona la organización, no sabemos cuándo empieza, ni cuándo acaba y tampoco sabemos cuánto nos cuesta.

En contraposición a este “método” recuerdo una frase que se me quedó grabada en un curso sobre innovación: “la innovación, o es sistemática, o no es innovación”.

Creo firmemente en esta idea. Primero, asegurarnos de que existe un proceso definido para el desarrollo de productos y, segundo, ser innovadores en la mejora del propio proceso.

Si más del 80% del coste que se produce durante toda la vida del producto tiene que ver con la fase de diseño y no actuamos, ¿no nos estaremos jugando el futuro de la empresa?

Existe una gran cantidad de herramientas informáticas para el desarrollo de productos que nos permiten diseñar el producto en 3D como si fuese una fabricación virtual. Podemos simular su comportamiento, resistencia y consumo, generar imágenes renderizadas con calidad fotográfica, gestionar toda la documentación, controlar los tiempos y los costes de todas las fases del proyecto más la integración con nuestro ERP.

La tecnología aplicada con rigurosidad y sentido común nos permite desarrollar productos mejores, más baratos y sacarlos al mercado en menos tiempo. En definitiva, nos da la opción de mejorar la cuenta de resultados, que es nuestro principal objetivo empresarial, y esta responsabilidad permanece invariable en cualquier situación de mercado. Nuestro empeño debe ser continuo y sistemático, independientemente de la coyuntura económica.

En época de crisis se suele percibir con más claridad la necesidad de mejorar radicalmente los procesos para hacerlos más eficientes. Hagámoslo antes de que no nos quede margen de maniobra. Cuando salgamos de la crisis estaremos mejor preparados para dar respuesta a la demanda.

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Redacción TICPymes

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