Comercio electrónico: 10,4 millones de razones para creérselo

Enrique de Pablo, periodista y asesor de Comunicación

Publicado el 29 Oct 2010

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“Me acordé de que al día siguiente era el aniversario de mis padres y yo estaba en Estocolmo; entonces, por la noche me pude conectar desde el hotel, entré en la web de una cadena internacional de venta de flores, las encargué y a la mañana siguiente una floristería del barrio se las llevó a casa”. “Me conecté a un Pizza Hut de Nueva York, encargué una pizza margarita, di todos los datos de mi dirección –en Madrid- y entonces me salió en pantalla un mensaje: muchas gracias por su pedido, en su caso, no podemos garantizarle los 20 minutos de entrega”. Estas eran anécdotas, casi hazañas, protagonizados por intrépidos de aquellos tiempos. Ha costado, la verdad. Pero ya está aquí y su protagonismo es indudable. Sí, hablar de comercio electrónico no resulta algo exactamente nuevo, venimos haciéndolo prácticamente desde que aprendíamos a pronunciar la palabra Internet. ¿15, 16 años hará? Y desde entonces hemos visto y contado estrategias, proyectos, iniciativas en las que participaban las principales compañías tecnológicas, los bancos más importantes y muchas de las firmas y empresas de distribución de referencia en el mundo del consumo. Experiencias interesantes, resultados prometedores, pero no pasaban de ahí. En términos contantes y sonantes, no decían ni dejaban mucho.
Ha tardado en calar, y sin embargo ha terminado haciéndolo casi sin que nos demos cuenta. Ya somos 10,4 millones de compradores electrónicos en España, según datos del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información (ONTSI) referidos a 2009 y recientemente presentados. Ojo, no nos referimos a 10,4 millones de compras, sino a 10,4 millones de personas físicas que compran por Internet. Entre 2008 y 2009 se incorporaron un millón y medio de nuevos consumidores en la red. La media de gasto anual, 750€ por persona, y un 20% se gastaron más de 1.000 euros –estos dos datos se mantienen estables, parece evidente que por la situación económica que no permite alegrías, pero significativo es que no decrezcan. Para este año se barajan crecimientos del 25% en según qué segmentos. Otro informe, este de la firma Kelkoo, prevé que, mientras las ventas navideñas en España descenderán este año un 1,2%, las on line crecerán un 23,5%. En Europa se espera una tendencia similar, si bien en comercio on line somos de los que más crecemos porque vamos ligeramente retrasados, se estima que uno o dos años con relación a Francia, por ejemplo.
Ha avanzado la tecnología, al ancho de banda, la interactividad y la posibilidad de visualizar, evaluar y pedir opinión de los productos; ha mejorado la seguridad, la facilidad de pago y la confianza del usuario; pero sobre todo se ha incrementado y enriquecido la oferta. En efecto, al principio eran algunas tiendas las que, además de la venta física, ofrecían la posibilidad de comprar los artículos on line. Es decir, te daban lo mismo, solo que en Internet; luego han llegado las webs especializadas en comercio electrónico, que te permiten “salir de tiendas” virtualmente, comparar unos sitios con otros, unos artículos con otros, y sobre todo precios; pero sobre todo han llegado los fabricantes, que te ofrecen directamente sus productos, sin intermediarios, más baratos y con toda la garantía. Y han entrado en juego los más fuertes. Zara –y todas las firmas de Inditex– empezó a vender por Internet en septiembre con resultados espectaculares. No obstante, los que más han tirado del carrito del comercio electrónico hemos sido los viajeros. Más de la mitad de los compradores hemos adquirido en 2009 un billete por Internet, según el ONTSI, y el 45% hemos reservado un alojamiento por esta vía. Y luego están las entradas a eventos deportivos y espectáculos. La moda, la electrónica y los libros vienen pegando fuerte.
Al final se impone lo pragmático. Cuando elucubrábamos sobre los factores que iban a incitar al consumo electrónico, hablábamos de la comodidad, no tener que desplazarse, poder hacer tus compras en un momento desde el trabajo –mentira, resulta que nueve de cada diez compramos desde casa- o de poder adquirir productos de tiendas de todo el mundo. Y resulta que el gran dinamizador del comercio on line ha sido el precio. Fundamentalmente por la eliminación de intermediarios. Y luego porque las estrategias de muchos fabricantes y proveedores de servicios tienden a atraer al consumidor on line. De cara al futuro, la tendencia apunta a dos factores que pueden revitalizar todavía esta modalidad de compra, como son la movilidad –gracias a la banda ancha móvil- y el llamado “comercio social”, promovido a través de las redes sociales. Segmentos ambos en los que España juega en primerísima división. Sí, el comercio electrónico se colado despacito en nuestras vidas, pero ya podemos decir que al menos en España hay 10,4 millones de razones para constatar que está aquí. http://byenrique.wordpress.com

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Redacción TICPymes

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