En un contexto laboral como el actual, las empresas han empezado a impulsar políticas de bienestar con el objetivo de contrarrestar los efectos que la pandemia ha causado en la salud física y emocional de sus plantillas. Este tipo de actuaciones contribuyen a mejorar la situación personal y profesional de los trabajadores, estableciendo una relación más estrecha entre las metas de la compañía y las aspiraciones de los empleados; lo que se traduce en una mayor productividad y ahorro de costes derivados de causas médicas.Aunque los beneficios son claros para ambas partes, hay algunas ideas erróneas sobre qué es, qué implica y cómo se desarrolla el bienestar laboral en una empresa. En este sentido, el fundador de la consultora tecnológica especializada en bienestar laboral APFtech, Xavi Escales, aclara algunas de las confusiones al respecto:
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Los mitos
Los empleados no quieren que la empresa participe activamente en su bienestar. Falso. Según The Economics of Wellbeing, un 93% de los trabajadores ve positivamente que su organización se implique y desarrolle programas para mejorar su bienestar laboral y personal.
El bienestar del empleado no afecta a su nivel de acierto o error. De nuevo, falso. Tal y como refleja un informe de QBE Insurance Group, el 17% de los trabajadores asegura haber cometido errores en sus tareas como consecuencia de su falta de bienestar.
No existe una forma de medir el bienestar laboral de forma objetiva. Sigue siendo falso. Un ejemplo de ello es APFtech, que ha desarrollado un sistema disruptivo y único capaz de medir de forma objetiva el bienestar de las personas, mediante la aplicación de inteligencia artificial y machine learning a través de unos dispositivos en forma de cinta colocada en el brazo. “La voluntad es poder identificar acciones de mejora a través del análisis de múltiples datos biométricos que es capaz de aportar esta tecnología. La medición exhaustiva y la interpretación de las variables que afectan al bienestar de las personas son fundamentales para poder tomar decisiones que sean realmente útiles y personalizadas”, explica Escales.
La mayoría de las empresas están bien preparadas para cuidar del bienestar de los empleados. Erróneo. Sobre este punto, Escales apunta que existe una brecha muy notoria en la percepción que las empresas tienen sobre este ámbito y la realidad. “Un 80% de las organizaciones afirma que el bienestar laboral es muy importante para su éxito, pero la realidad es que solo un 12% de estas dicen estar preparadas para acometer un programa de bienestar efectivo”, destaca el fundador de APFtech.
El bienestar del empleado debe centrarse en los aspectos físicos. También erróneo. Según el estudio Wellbeing Survey de 2019, un 71% de los trabajadores españoles vive bajo estrés laboral crónico, una cifra que el contexto de pandemia ha agravado todavía más. Tanto es así, que, según un informe de la Organización Mundial de la Salud, de los 130 países que se tomaron datos, el 93% cuenta con sus servicios de salud mental afectados por un incremento de la demanda. “Los programas de bienestar laboral deben tener en cuenta el factor físico, pero también el emocional y el psicológico. Solo de esta manera se pueden desarrollar acciones que sean realmente efectivas”, sentencia Escales.
La realidad
Invertir en bienestar laboral ahorra costes. Según el experto en bienestar laboral John Griffiths, la depresión provoca pérdidas de 620.000 millones de euros anuales a la UE. En esta misma línea, Nascia realizó un estudio en el que se estimaba los costes para la empresa asociados a las bajas por ansiedad, estrés y depresión era de 80.000 millones de euros.
El bienestar emocional es la próxima revolución en el trabajo. La gestión de los trabajadores en un contexto histórico como el actual es más compleja que nunca, y cuenta con particularidades a nivel psicológico que hay que tener en cuenta. “Muchas compañías ya se están dando cuenta de la capitalidad de la responsabilidad emocional en el entorno laboral, y de lo mucho que afecta al bienestar de la plantilla”, cuenta Escales. “Por ello, veremos como cada vez más empresas empiezan a aplicar programas de bienestar que trabajan en esta línea. Podríamos decir que esta revolución emocional va a estar al nivel de la revolución física que experimentaron las organizaciones años atrás”, añade.
La oficina saludable aumenta la productividad. Según un estudio de CBRE, una oficina saludable (a nivel de bienestar) aumenta un 49% la productividad de los equipos que trabajan en ella.
