¿Te ha pasado alguna vez que, tras horas sentado delante de una pantalla, comienza a dolerte la espalda? Este es un problema muy común que se ha incrementado bastante en los últimos meses por el teletrabajo. Evitar este tipo de molestias es fácil si se mantienen unos buenos hábitos, como los que mencionamos a continuación, y si elegimos bien las sillas donde trabajar, siendo las ergonómicas la decisión más adecuada, tanto para el hogar como para la oficina.
La principal diferencia de las sillas ergonómicas frente a las tradicionales es que se adaptan al cuerpo y a las necesidades de los usuarios. Estas cualidades nos ayudan a llegar al final del día con menor dolor lumbar y cervical, repercutiendo directamente en una mayor productividad en nuestra jornada laboral y en un descanso más provechoso.
Sillas ergonómicas que se adaptan a las necesidades de nuestro cuerpo
A menudo tendemos a sentarnos en posturas contraproducentes para nuestra columna vertebral. Las sillas ergonómicas nos ayudan a mantener una buena posición frente al escritorio y, gracias a ello, podemos evitar futuras dolencias crónicas. Además, permiten reducir las tensiones musculares a las que estamos sometidos a diario y mejorar nuestra digestión, al descomprimir el aparato digestivo, tras adquirir una postura más cómoda.
Otra ventaja de contar con estos muebles en nuestro puesto de trabajo es el beneficio que genera en nuestros pulmones. Una buena postura conlleva un diafragma más relajado, mejorando la respiración y, por tanto, la oxigenación celular. Asimismo, la regulación de la inclinación que permiten estas sillas alivia nuestros vasos sanguíneos sometiéndolos a menor presión, evita los calambres o, entre otros, el entumecimiento de las piernas.
“Por lo general, la mayor parte de los hogares no están preparados para que pasemos ocho horas frente a una pantalla y eso, en ocasiones, desencadena unas dolencias físicas que podrían evitarse con buenas costumbres y una silla que favorezca el mantener la postura correcta para trabajar”, comenta Javier Zorrilla, director general de Arteconfort, compañía especializada en productos para el hogar.
Para cuidar nuestro cuello y espalda
A pesar de los intangibles de las sillas ergonómicas, la salud lumbar no será total si no se acompaña de ciertos hábitos saludables, como mantener la posición recta de la espalda, y si no se hacen unos deberes continuos, como practicar ejercicio físico con frecuencia. También, es recomendable levantarse cada hora y ajustar el espacio de trabajo de acuerdo a nuestras necesidades específicas, por ejemplo, colocando la silla a la altura más adecuada y situando la pantalla del ordenador a la altura de los ojos o por debajo.
Todo ello, será esencial para mantener una espalda sana y mejorar nuestra calidad de vida. Sin embargo, no hay que olvidar que la elección de la silla es un punto transcendental en este esquema. Por ello, Arteconfort ofrece una amplia gama de sillas ergonómicas que ayuda a cuidarnos: Uno de los productos más recomendados es la silla de oficina OSAKA, gracias a un respaldo cervical y lumbar que reduce la tensión de la espalda, un pistón de gas clase 4, de gran calidad, con el que se mantiene la silla a la altura deseada y unas ruedas que permiten la movilidad en un giro de 360º. Por otro lado, ofrecen la silla ergonómica RIAD para aquellos que tienen que pasar más horas sentados, ya que gracias a su reposacabezas y a la robustez que la caracteriza, permite trabajar con comodidad a cualquier persona. Otra de las más demandadas es VILNA, una de las sillas de mayor confort, que contiene una larga lista de cualidades que protegen nuestro cuello y columna y aportan descanso a la parte baja de la espalda. Y, por último, SEUL, una silla ergonómica que soporta 150 kilos y que, gracias, a su tela transpirable evita el calor corporal y mantenernos frescos mientras trabajamos.
La salud de nuestra espalda nos garantiza calidad de vida en el futuro y, haciendo caso de estos consejos, podrás trabajar al máximo nivel sin dolencias y sin que se vea perjudicado tu descanso por ello.
