Aunque ser freelance parece ser una oferta tentadora para quienes buscan trabajar por cuenta propia, no todo dentro de este esquema resultan ser ventajas. A continuación, podemos ver algunos de sus pros y sus contras.
Entre las ventajas encontramos que eres tu propio jefe, al no estar bajo un esquema de horarios fijos; control de la cantidad de trabajo y de tus ingresos, de acuerdo a tu criterio y a tus tiempos, tú decides cuánto y qué trabajos aceptas; flexibilidad, ya que puedes elegir dónde y cómo trabajas; adquieres más habilidades porque te permite desarrollar diferentes tareas y no siempre la misma; cotizas tu trabajo según tu experiencia, lo que ganas es de acuerdo a lo que trabajas.
Las desventajas tampoco son pocas ya que los ingresos son muy variables por no tener un empleo y sueldo estables; las ‘prestaciones’ corren por tu cuenta como los seguros médicos o vacaciones, entre otros; administrar tus finanzas puede ser un dolor de cabeza, es probable que necesites ayuda de un contador para administrar correctamente tus honorarios, impuestos y declaraciones; ser de baja prioridad debido a que las empresas suelen preferir empresas ya establecidos que freelance, por su poca conocida reputación; Trabajar en casa puede ser un problema en ocasiones, ya que existen distracciones que pueden desconcentrarte de tu labor.