El objetivo de cualquier startup es crecer. Un deseo para el que, hoy en día, es absolutamente necesario que el emprendedor cierre una ronda de inversión. Hasta hace pocos años en España no se utilizaba este tipo de financiación pero desde el despegue de las empresas emergentes se ha ido abandonando el sistema bancario.
Existen muchos emprendedores en España que se encuentran en su primera ronda y que desconocen los entresijos y costes asociados a una ronda de inversión. En estos casos, el emprendedor puede ver peligrar su proyecto y quedarse sin capital.
Ad&Law señala que el mayor de los costes será el tiempo que tendrá que dedicar a contactar con potenciales inversores y acudir a eventos donde presentar su proyecto. Durante este periodo el emprendedor tardará una media de 45 días en cerrar alguna reunión con inversores, por lo que todo el capital necesario para mantener viva la empresa dependerá de sí mismo.
En algunas ocasiones se puede requerir que la sociedad se audite con el objetivo de reflejar una mayor transparencia ante los inversores. De media, el precio de una auditoría se encuentra entre los 2.000€ y los 5.000€.
Además, es de vital importancia tener la parte legal, laboral y financiera bien analizada, organizada y al día para evitar tener que realizar trabajo adicional para preparar la información para la due diligence y evitar un retraso en el envío de la documentación a los inversores. Lo que supone que la startup tendrá que contratar servicios profesionales de asesoría, con un coste medio que se mueve entre los 200€ y los 1.000€ al mes.
Por último, se requerirá de los servicios de un abogado mercantilista para que les asesore en el proceso y principalmente en la negociación de la clausulas a incluir en el famoso Pacto de Socios.