La incertidumbre exige a las pymes centrarse en el corto plazo

La actual situación socio-económica implica grandes desafíos para las pymes. En el entorno financiero, la evaporación de la demanda, los problemas de liquidez o la reestructuración de la deuda son solo algunos ejemplos.

Publicado el 26 Abr 2022

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En estos momentos, hay que estar preparados para desviarse de los métodos tradicionales. Con tanta volatilidad, la flexibilidad es más importante que nunca. Por lo tanto, a la hora de hacer sus previsiones financieras, ahora sí, las pymes deberán poner el foco en el corto plazo. Es más que probable que la incertidumbre dificulte la precisión. Y, que, por lo tanto, esas previsiones, acaben no siendo del todo fiables.

Pablo Couso, director comercial de Datisa dice que “reducir el impacto de las múltiples variables que flotan actualmente en el ambiente ayudará al entorno financiero a ajustar más y mejor sus previsiones. Trabajar con plantillas de flujo de caja a 12-15 semanas, por ejemplo, podría resultar extremadamente útil en estos momentos”.

“Hay que tener en cuenta que, ahora, las prioridades de muchas pymes giran en torno a la cantidad de efectivo que tienen disponible. Y no tanto, en el diseño de iniciativas financieras estratégicas a largo plazo. O en la inversión masiva de capital. Apoyar este tipo de decisiones, así como el diseño de las plantillas operativas en un ERP, dotará a los directores financieros del conocimiento necesario para tomar decisiones inteligentes”, asegura Couso.

Previsiones multifuncionales

Sin embargo, los equipos financieros de las pymes no están acostumbrados a utilizar modelos financieros con tanta “granularidad”. Por eso, trabajar con la tesorería puede ser extremadamente útil para optimizar la previsión del flujo de caja. Y, disponer así, de detalles precisos para establecer previsiones, incluso, a una semana vista, si fuera necesario.

Nos guste o no, aseguran los expertos de Datisa, es posible que la estrategia global deba pasar temporalmente a un segundo plano. Y favorecer así, el mejor cumplimiento de las obligaciones de tesorería.

En el futuro, la funcionalidad cruzada entre equipos podría convertirse en un componente fundamental de la nueva normalidad, sea cual sea la definición del término. No hay razón para que el área financiera se aísle. Los datos y la información que necesita para tomar decisiones, ya se encuentran dentro de la empresa. Así que, mejor impulsar la colaboración que tratar de “inventar la rueda”.

Por supuesto, si la tesorería no está analizando el flujo de caja al nivel de detalle que se necesita para entender la posición de caja en un momento dado, es el momento de revisar los procesos. Y, también de evaluar si la tecnología que los soporta está a la altura o tiene carencias.

Pablo Couso insiste en que “la tesorería tiene que asegurarse de saber cómo será la cuenta bancaria de la empresa mañana por la mañana. Y proporcionar esos detalles al director financiero y a su equipo. Esa es la única manera de garantizar que se cumplen las obligaciones de la deuda. Se paga a los proveedores a tiempo. Y, en general, se gestiona el efectivo de la mejor manera posible, en las circunstancias actuales”.

Mejorar la gestión del circulante

Acortar la cadencia de sus previsiones y trabajar con otros grupos dentro de la organización ayudará a las pymes a mejorar su precisión. Especialmente en situaciones de riesgo como la actual. Pero esto es solo la punta del iceberg.

Mejorar la gestión del circulante es otro componente a tener en cuenta en las previsiones de tesorería. En este sentido, desde Datisa se apuntan otras dos recomendaciones clave sobre las cuentas pendientes de cobro, las cuentas pendientes de pago, y la gestión del inventario para que las pymes puedan mejorar su circulante en tiempos difíciles.

Examinar el ciclo de conversión de efectivo

Dada la situación es probable que los ciclos de cobro y pago hayan cambiado en los últimos meses. Por lo tanto, es fundamental revisar las métricas clave. Algunos aspectos críticos como las fechas de las facturas pendientes de cobro y pago, por ejemplo. Buscar nuevas maneras de aprovechar la posición con los clientes y proveedores. O, dependiendo de la naturaleza del negocio, mantener un inventario, relativamente bajo, para preservar todo el efectivo posible.

No pasar por alto la previsión del flujo de caja

Es cierto que, con tantas empresas con problemas de liquidez en este momento, es tentador saltarse la previsión. Y centrarse en el flujo de caja. Pero, cuando se trata de la previsión del flujo de caja, hay que asegurarse de que las demás previsiones financieras son precisas y fiables. Dado que las previsiones de tesorería se derivan directamente de la cuenta de resultados y del balance, saltárselas sería como construir una casa sobre cimientos de barro.

En definitiva, muchos aspectos de la gestión financiera en las pymes puede que hayan cambiado definitivamente. Pero, tal vez, eso, no sea del todo malo. Sin duda, apostar por las previsiones de flujo de caja semanales, en vez de trimestrales o anuales, pone en peligro la planificación estratégica a largo plazo. Al menos de momento. Sin embargo, la flexibilidad y un enfoque más colaborativo, aporta más precisión y eficiencia a los procesos.

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Redacción TICPymes

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