Adolescentes y adultos, ¿quién usa mejor las redes sociales?

Los adolescentes protestan por el uso excesivo de emojis de sus padres porque no se ajustan al significado que tienen estos símbolos

Publicado el 23 Nov 2020

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Dos estudios recientes de un equipo de investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), la Universidad La Sapienza de Roma y la Universidad LUMSA, también de Roma (Italia), han analizado la percepción que tienen los jóvenes frente a los adultos (incluidas las personas mayores) y viceversa a la hora de comunicarse en las redes sociales. Entre los principales resultados de estos estudios, destaca queWhatsAppes la plataforma digital de encuentro entre ambos grupos y dondese generan más tensiones en la comunicación, y también que ambos colectivosse acusan de no vivir el momento debido al uso inadecuado de las redes sociales, pero por motivos distintos.

Estos estudios, publicados en las revistasAgeing & Society(Cambridge University Press) yNews Media & Society(SAGE Journals), han podido comprobar que los jóvenes y los mayores se acusan mutuamente de un uso inadecuado de las redes sociales en cuanto a contenidos o habilidades. «Cada colectivo considera que su forma de utilizar estas tecnologías es la más adecuada», explicaAndrea Rosales, investigadora del grupo de investigaciónCommunication Networks & Social Change(CNSC), delInternet Interdisciplinary Institute(IN3) de la UOC, y una de las autoras de los estudios.

Los investigadores, que organizaron un total deocho grupos de discusiónen Roma y en Barcelona —cuatro formados por adolescentes de entre 16 y 19 años, y cuatro con personas de entre 65 y 85 años—, muestran en sus resultados que hay una descalificaciónpor edad, pero no solo desde los jóvenes hacia los adultos y las personas mayores, sino también desde las personas mayores hacia los jóvenes.

Ambos grupos afirman que «los otros»abusan delsmartphone, lo que disminuye el valor de lo que ellos consideran «vida real». A las personas mayores les molesta que losjóvenesutilicen excesivamente el teléfono enlugares públicos(bares, transporte público, etc.) yprivados(casa). Piensan que no están desarrollando habilidades para socializar, que no experimentan y que solo saben relacionarse en las redes sociales. “Los abuelos suelen verlos solo en casa, pero sí tienen oportunidades para socializar todos los días en la escuela, con la familia y en posibles actividades personales y extraescolares. Cuando están conectados con el móvil, sigue la socialización con estos colectivos, pero en un entorno virtual”, explica la experta. Por su parte, los adolescentes se quejan, por ejemplo, de laobsesión de sus padres por hacerles fotos y compartirlas en las redes. “No se quejan solo de que ellos no tengan derecho a hacerles fotos, sino de perderse un momento que están viviendo juntos“, señala Rosales.

WhatsAppes la plataforma en la que actualmente se producenmás contactos intergeneracionalesy en la que, por tanto, haymás tensiones. Cada uno tiene un concepto diferente de las normas de comportamiento que hay que seguir en esta plataforma. Los adolescentes se quejan de suspadresporquehacen un uso excesivo de los emojis: los utilizan mucho en sus comunicaciones y, además, a veces los ponen seguidos y repiten el mismo símbolo. En cambio, losadolescentesque participaron en el estudio losusan muy poco o nada. Rosales considera que los jóvenes a veces quieren marcar diferencias con los padres y con la preadolescencia: cuando tienen de 12 a 14 años y por primera vez tienen su móvil, también utilizan muchos emoticonos para comunicarse.

Otro punto de tensión entre ambos grupos es elsignificadoque se atribuye a losemoticonos, a los que los jóvenes dan un significado determinado que no necesariamente coincide con el de las personas mayores. Los adolescentes se ajustan al significado que sus creadores les otorgaron y que está recogido en los diccionarios de emoticonos. En cambio, los adultos y las personas mayores a veces (re)interpretan su significado. “Es común encontrar en los jóvenes un apego a los significados unívocos de los emoticonos. Solo aceptan undoble sentidosi está validado por su grupo social y rechazan otras posibles interpretaciones, especialmente si provienen de suspadreso de personas de otras generaciones”, explica la investigadora. “Se ha popularizado una idea según la cual los emojis tienen significados unívocos, lo cual va en contra de la naturaleza de las imágenes en una sociedad diversa y multicultural”, alega Rosales.

Además, ambos colectivosse critican por el tipo de contenido que comparten en las plataformas digitales. Para los jóvenes, son innecesarios los mensajes en cadena o los vídeos que difunden los adultos, las felicitaciones de Navidad y los mensajes de buenos días o buenas noches diarios, entre otros, porque no son útiles para la vida cotidiana. Por otro lado, a la gente mayor le molesta que los jóvenes compartan tantas fotos y experiencias personales en las redes.

¿Qué redes sociales son más utilitzadas en ambos grupos?

La investigación revela que las plataformas digitales sirven para diferentes objetivos según la etapa de vida de cada usuario. De esta forma, la mayoría de los adolescentes afirmaronhaber abandonado Facebook, apenas mencionaron Twitter y señalaron que usaban Instagram no solo para compartir fotografías, sino también paraintercambiar mensajes privados. Además, utilizaban WhatsApp con regularidad. “Para ellos, la mezcla decontenidos y funcionalidadeshace más interesantes otras redes sociales que Facebook. Es unfenómeno sociotecnológico”, indica Rosales.

En cuanto al grupo de mayores, apreciaron laprivacidad proporcionada por WhatsApp, además de su facilidad de uso y la socialización que posibilita gracias alos grupos. La mayoría afirmó que usaba Facebook con bastante regularidad y algunos tenían cuenta de Twitter, que les interesaba por el intercambio de noticias. En general, no estaban interesados en Instagram.

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Redacción TICPymes

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