Los cibercriminales han cambiado su punto de mira. Así lo advierten desde ZeedSecurity, quienes señalan que ahora los ataques van dirigidos a las pymes y no tanto a las grandes empresas. Los hackers saben que este tipo de corporaciones están más desprotegidas y, por tanto, es más fácil para ellos conseguir un gran volumen de datos. Dicha situación, está provocando que los grandes agentes de Internet estén penalizando a aquellas webs que no sean seguras, con la consiguiente falta de visibilidad en los buscadores.
Tal y como destacan desde ZeedSecurity, la ‘cruzada’ de los principales actores de Internet en contra de los ciberataques hace que, incluso, creen funciones que protejan la navegación de los usuarios. Por ejemplo, el propio navegador Chrome de Google, con una cuota de mercado del 39.43%, incluye una característica denominada ‘Navegación segura’ que ofrece protección contra los ataques de phishing y software malicioso. Dicha herramienta, ayuda a evitar engaños cuyo fin es la obtención de información personal, como es el caso del phishing o el malware. El sistema que se utiliza para lograr este objetivo está diseñado específicamente para proteger la privacidad de los usuarios, y también se utiliza en otros navegadores populares.
Del mismo modo, los buscadores ponen en marcha nuevas vías para atajar la actividad de los cibercriminales. Así, desde este mes de agosto, Google penaliza aquellas páginas webs que nos incorporen certificados HTTPS. En este sentido y, son muchas las empresas, sobre todo las más pequeñas, las que descuidan estos aspectos, “esto comporta que a la hora de hacer búsquedas su posición en el buscador se vea penalizada e incluso, cuando se intente acceder a la web en cuestión, no se pueda por problemas de seguridad”, afirman desde la auditora de seguridad.
Por otro lado, cada vez son más habituales la utilización de las denominadas técnicas de ‘black SEO’ por parte de ciberdelincuentes. Mediante el ataque de páginas web legítimas, inyectan links que enlazan a sus páginas web con el fin de propagar malware de forma masiva o aprovecharse de forma ilícita de la empresa para posicionar páginas web de terceros. Con el fin de evitar la distribución de estas prácticas y así proteger a los usuarios, Google penaliza a aquellas webs que puedan verse afectadas con estos problemas.
En definitiva, la falta de una inversión en seguridad hace que la inversión en SEO se malgaste. Es decir que, aunque una empresa haga grandes campañas en SEO, si no revisa previamente la seguridad de su página web, ese gasto caerá en ‘saco roto’ o por el contrario, no se aprovechará el retorno que se podría haber obtenido.
