Investigadores de la universidad pública de Carolina del Norte han desarrollo un nuevo método para convertir el calor corporal en electricidad. El sistema es más eficiente que los utilizados hasta ahora y es cómodo de llevar. Se trata de un parche de un centímetro cuadrado con 2 milímetros de grosor y flexible.
A pesar de la limitación en la potencia eléctrica generada, que es de unos pocos microvatios, los generadores termoeléctricos corporales serán capaces de hacer funcionar sensores simples dedicados a la salud, para controlar el ritmo cardiaco, la función pulmonar, monitorizar el entorno, midiendo los niveles de ozono y humedad o las concentraciones de polen en el aire para anticipar ataques de asma, por ejemplo.
El reloj de pulsera Matrix PowerWatch hace uso del calor corporal para obtener la electricidad que necesita para funcionar, aprovechando precisamente que la muñeca es una zona óptima para capturar el calor del cuerpo. El PowerWatch no se comercializa de momento, pues estará disponible en el verano de 2017. Si realmente nos hace la vida más fácil, podría suponer un avance para los wearables, los smartwarches y para otros pequeños dispositivos como las pulseras de actividad física, que ya nunca habrá que cargar.