Las consultas médicas cada día se llenan más de “ciberdrogodependientes”. Y es que, aunque la Organización Mundial de la Salud, aún no ha catalogado la adicción al mundo digital como una enfermedad, según Juan Merodio la adicción a la Red puede convertirse en un problema de salud pública. “El número de personas que se enganchan a las Nuevas Tecnologías sube como la espuma. Un reciente estudio ha revelado que en China un 42% de los internautas entonan el mea culpa de su adicción a la Red o que un 18% de los estadounidenses no pueden vivir sin estar conectados una media de seis horas al día”, dice. “Es más, en países como Argentina, existe el grupo denominado Viudas de Internet y en el que cientos de mujeres se reúnen para hacer terapia, consolarse y hablar de cómo su relación peligra o ha concluido ya que sus novios o maridos prefieren pasar horas y horas conectados a la Red a estar con ellas”.
Pero, ¿qué hay de España? Merodio tiene claro que es imposible no vernos afectados por esta tendencia. “Un 15% de la población es adicta tanto a la Red como a su contenido y según estiman las previsiones cada año esta cifra crecerá un 2%. De hecho es conocido el caso del Hospital Universitario catalán de Bellvitge donde entre un 9% y un 12% del total de los pacientes que acude a la Unidad del Juego Patológico, es tratado por este problema”.
También apunta al caso concreto de las redes sociales y del enganche en determinadas personas. “En cualquiera de los casos se trata de adictos que han perdido el control en el uso de ordenador o teléfono móvil y afecta a su vida personal de manera negativa. Hablamos de individuos que llegan a pasar más tiempo en una vida virtual que en la real”.
Por otro lado y aunque para Merodio no hay diferencias entre un adicto a Twitter y otro a Facebook ya que “simplemente son canales diferentes y el problema no está en la red social o en Internet, sino en la mente del usuario”, considera que la red creada por Mark Zuckerber es más adictiva. “Permite una mayor interactuación con otras personas y por la tanto que resulte más interesante pasar más tiempo en ella”.
En cualquier caso considera que la mejor medicina para evitar esta nueva enfermedad solo es una: la educación. “El factor educación en el uso de las redes, sobre todo en los más jóvenes, es la única manera de prevenir o frenar este problema”, finaliza.




