Diciembre ha mantenido el IPC en el 2’9% con respecto al mes anterior, aunque 2012 acabó con una tasa inflacionista superior a la de 2011 en 5 décimas. Para la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) este dato podría valorarse como positivo en una situación económica normal. Sin embargo, “un IPC cercano al 3% se puede considerar un mal dato para la economía en general de nuestro país, y en particular para la previsión de la evolución del consumo interno en los próximos meses”, asegura el secretario general de la organización, Sebastián Reyna.
En una coyuntura en la que la demanda interna ha caído por encima del 2%, que los salarios sufren la pérdida efectiva de capacidad adquisitiva y con un comportamiento estable de los precios de los carburantes, la inflación sólo puede responder al aumento de precios de los servicios públicos o a la mayor presión fiscal.
Según UPTA, el comportamiento al alza del IPC ha sido «expansivo en los dos últimos trimestres del año», debido a la subida de los tipos del IVA el 1 de septiembre. “Todo ello ha afectado aún más a la capacidad de consumo interno con la consiguiente contracción de la economía”, señala Reyna.
La relación de factores como el incremento efectivo de precios, el descenso del consumo y la subida de impuestos puede poner en una grave situación a muchos sectores de los servicios con fuerte presencia de trabajo autónomo, pero de forma especial al comercio minorista de carácter familiar. Para UPTA, se trata de un sector que además «va a sufrir las consecuencias de la liberalización generalizada de horarios comerciales y de los periodos de temporada de rebajas en los próximos meses».