El 33,6% de los trabajadores perciben al menos parte de su salario en forma de primas, comisiones, bonus o gratificaciones, que suelen estar ligados a la consecución de determinados objetivos mensuales, trimestrales o anuales, tal y como se desprende del Informe Infoempleo Adecco 2015: Oferta y demanda de empleo en España, que analiza los datos del año pasado.
Aunque sigue siendo una práctica que afecta solo a una tercera parte de la masa laboral del país, lo cierto es que la tendencia está en la alza, pues la proporción de personas que perciben parte de su salario en variable ha crecido 4,8 puntos porcentuales respecto al año pasado.
Los cargos directivos son los más proclives a ser remunerados con esta fórmula. Así, el 52,8% de los ejecutivos cobra una parte de su salario en variable, proporción que cae hasta el 38,6% en los puestos intermedios y al 31,6% en el resto de empleados.
Los perfiles más proclives a recibir esta forma de pago suelen corresponderse con aquellos que conviene incentivar de forma más regular. Así, el área comercial despunta como la que más a menudo se remunera de forma variable.
Una de las ventajas de esta forma de pagar a los empleados es la mejora de la conciliación laboral, pudiendo los empleados pasar más tiempo en casa, al no tener que cumplir un número de horas o seguir un horario fijado. Además, está claro que cuando se trabaja por objetivos el trabajo tiene más sentido para el individuo, es más coherente y resultan más claras las funciones inherentes al puesto.
En general, cuando se prima la calidad del trabajo y los resultados, las personas se implican y se motivan más, aumentando su nivel de exigencia.
