La pandemia ha provocado un cambio de hábitos tanto en la forma de consumo de los españoles, como en los modelos de negocio y de trabajo. Según varios estudios, el comercio electrónico superó por primera vez en España, al comercio físico, acaparando el 65% de intención de compra y ya siete de cada diez internautas en España, de entre 16 y 65 años, compra online de forma regular. Esto supuso en 2020 un crecimiento en las ventas ecommerce del 36% convirtiendo a nuestro país en el tercero con mayor crecimiento en comercio online del último año.
Con este potencial de desarrollo, los negocios digitales se han convertido en el principal modelo empresarial de la actualidad. El motivo es sencillo, requieren de menor inversión a la hora de emprender y la gran rentabilidad de varias start ups que a todos nos viene a la mente. Por ello, lo online se ha convertido en campo de cultivo para la aparición de una gran cantidad de start-ups atraídas por la libertad que ofrece para su desarrollo y crecimiento. Esta realidad actual también obliga a los negocios tradicionales a ser capaces de adaptarse a un entorno cada vez más digital. La agencia JUMP INTO TECH (JIT) ofrece consultoría, asesoramiento e impulso tecnológico a pequeñas y grandes empresas e instituciones, ha recibido un 15% más de consultas y peticiones en 2020 y lo que va de año frente a 2019.
Esta exigencia de digitalización no siempre resulta fácil. El diseño y programación de cualquier plataforma digital es un proceso complejo en el que un cliente con menor conocimiento tecnológico puede sentirse perdido. “Desde nuestra propia experiencia como emprendedores, tenemos muy claro que una buena idea no vale nada. La clave está en la ejecución. En convertirla en un negocio digital rentable.”, explica Bosco González del Valle, cofundador y CEO de JIT.
Muchas de estas nuevas start ups suelen tener detrás a un joven emprendedor con mucho talento, pero escasa capacidad económica; por lo que necesitará atraer la atención de potenciales inversores. Para ello es indispensable contar con una propuesta definida que refleje el potencial del proyecto. Ese es el mínimo producto viable en el que se enfoca JIT en una primera fase de cada uno de sus proyectos. “Ellos tienen muy clara su idea, pero les falta todo en cuanto a user experience y user interface. El emprendedor tiene otras facetas que no son las tecnológicas, esa parte puede confiárnosla a nosotros y juntos formaremos un gran equipo.” Explica González del Valle.
Por regiones, encabezan las comunidades autónomas donde más se emprende: Baleares, Galicia, Extremadura y la Comunidad Valenciana. Mientras que sorprendente, la Comunidad de Madrid es una de las que menos.
