La pasión por la fotografía aumenta con cada imagen que compartimos. Las posibilidades de los dispositivos móviles convierten a cualquier persona con un smartphone, tableta o cámara compacta en un reportero fotográfico de su vida social. El 50% de los españoles comparte sus fotos en redes sociales, y cada día se alcanza una media de 5,7 millones de fotografías compartidas.
Este entusiasmo por la fotografía ha engendrado fotógrafos amateurs con aspiraciones profesionales que buscan superar sus habilidades y exigen una mayor calidad de las imágenes. Encuadre, iluminación, nitidez, profundidad de campo… son conceptos que cada vez tiene más en cuenta esta nueva generación de reporteros al comprar una cámara de fotos. Según los datos de Pixmania.com, la venta de cámaras digitales réflex ha aumentado un 10% anualmente durante los últimos tres años. Pero, ¿has de renunciar al social living si decides convertirte en un profesional de la fotografía? La respuesta es: ya no. Equipos como la Canon EOS 6D: y la Nikon D3200, con posibilidad de conexión por WiFi o a través de un smartphone, son la respuesta a esta nueva tendencia.
Be profesional, be social
Pero como cada usuario es único, Pixmania ha elaborado un listado de cinco cuestiones clave a la hora de plantearse la compra de una cámara:
1. ¿Cuántos megapíxeles? Se trata de la resolución del sensor, encargada del nivel de detalles identificados, y determina el tamaño final que podrán llegar a tener las fotografías. Por lo tanto, lo tendrás que tener en cuenta si quieres editarlas posteriormente en programas de tratamiento de imagen (lo que puede reducir la resolución de la imagen original) o si pretendes imprimir a grandes escalas tus trabajos fotográficos. Entre las compactas, el rango 6-8 megapíxeles puede ser suficiente. En una réflex, un baremo de entre 10-12, puede ofrecer muy buenos trabajos.
2. ¿Cuándo usar el gran angular? Si eres amante de la fotografía de paisajes, estate atento a este concepto. El gran angular hace referencia a una distancia focal del objetivo de entre 18 y 35mm. Cuanto menor sea éste número, mayor será el ángulo de visión de la cámara de fotos, permitiendo abarcar más proporción de escena desde una distancia inferior, por lo que se usa para tomar fotos de paisaje, espacios abiertos o de objetos grandes desde distancias cortas.
3. Estabilizador y nitidez Para evitar que, en determinadas tomas, nos quede borrosa la imagen, resulta imprescindible un estabilizador que compense automáticamente los movimientos del fotógrafo al disparar. Pueden ser estabilizadores ópticos, o bien, mecánicos o digitales. El estabilizador digital corrige la imagen después del disparo. Aun siendo cada vez de mejor calidad, los estabilizadores digitales no alcanzan el rendimiento de los estabilizadores ópticos.
4. La pantalla, una pieza maestra
La pantalla sustituye al clásico visor, te permite fotografiar una escena, navegar por los menús incluso a pleno sol, y tener una imagen clara de lo que estás fotografiando. Una resolución elevada te garantiza una imagen limpia. Algunos modelos cuentan con una pantalla táctil. Otros con una pantalla articulada, orientable o móvil.
5. ¿Compacta Expert o Réflex? Ajustes manuales, rapidez del disparo, autofocus… las Compact Expert están cada más en competencia con las Réflex ya que los resultados son muy buenos. Sin embargo, una compacta, incluso una Expert, no sustituirá nunca a una réflex. En el mejor de los casos, será un complemento cuando no puedas cargar con el cuerpo y el objetivo. Y es que el encanto de las réflex sigue siendo su amplia gama de objetivos así como una gestión mucho mayor de la sensibilidad, una verdadera profundidad de campo, capacidad de reacción insuperable y el visor del que jamás podrán prescindir los más refinados.