Desde Datisa se asegura que vender fuera de España implica cumplir con unas nuevas determinadas reglas de juego. Sean productos o servicios lo que comercialicemos, es obvio que deberemos emitir facturas y que deberán ser producidas estas en el idioma correspondiente al país en el que desarrollamos la actividad.
De igual modo, y en el caso de tratarse de una internacionalización fuera de las fronteras de la Unión Europea, es muy probable que las transacciones se efectúen en una moneda diferente a la del país de origen (moneda local, dólares, …) para lo cual será un gran plus que el ERP no sólo sea multi-idioma, sino también multi divisas. En este aspecto, la incorporación de la SEPA en la zona euro ha homogeneizado –y facilitado- las transacciones entre empresas y usuarios, sobre todo aquellas efectuadas mediante transferencia bancaria y/o domiciliación.
La utilización de un ERP en el proceso de internacionalización puede aportar una gran cantidad de beneficios, sobre todo al tratarse de un mercado ajeno, donde al principio lo más probable es que el empresario no se mueva con soltura, muchas veces por desconocimiento. De este modo, los sistemas de gestión empresarial pueden ayudar a calibrar los propios precios de venta en función de la competencia y situarnos en un rango de competitividad coherente.
Las ventajas de un ERP, en el caso de internacionalización de una empresa, van más allá de la mera gestión de la información. Hay que tener en cuenta que –desde el punto de vista comercial, y siempre y cuando el objeto sea un bien tangible- el hecho que se produce es que la empresa compra un producto para venderlo a un tercero. Así, un ERP “básico” podría valer perfectamente. Sin embargo, habría que matizar cómo cubrir las necesidades financieras y de contabilidad.
“Es crucial contar con una herramienta que posibilite efectuar informes consolidados que permita conocer el volumen de negocio que se genera; saber y comparar cuáles son las ventas de cada país, sus beneficios, etc.”, informa Isabel Pomar, directora comercial de Datisa.
En el caso concreto de la contabilidad, esta disciplina debe ir más allá del mero cumplimiento normativo, aportando una perspectiva global para el análisis financiero y presupuestario que bien podría resolverse con un ERP estándar sin necesidad de acudir a proveedores o soluciones locales. En todo caso, la estrategia es apostar por un sistema lo más flexible posible que permita adaptarse a la mayor cantidad de exigencias locales. En todo caso, la capacidad de integración y conexión del ERP deberán ser elementos a tener muy en cuenta para “ajustar” necesidades y posibilidades.
Respecto a la internacionalización, un escenario muy típico es el de diversas oficinas en dos o más países, donde el ERP podrá aportar información global de la empresa, cómo están rindiendo cada una de las delegaciones, etc.; incluso en el caso de aplicar planes de contabilidad diferentes, el ERP puede discernir en qué oficina (delegación) se está obteniendo un mayor beneficio (a partir de las diferentes normas contables).