Se calcula que la clase media mundial estará compuesta por 3.200 millones de personas en 2020 (frente a los 1.800 millones de 2009), lo que impactará fuertemente en la transformación de los negocios, que tenderán a globalizarse. Si a esta realidad se añade que las tasas de comercio global están creciendo a un ritmo que dobla ya el PIB mundial con respecto 1980, la conclusión es que la globalización actuará como dinamizadora del cambio en las empresas, y especialmente en las pymes.
Mejor preparada para los inevitables cambios que redibujarán el puesto de trabajo, los miembros de la Generación Z se comportan como nativos digitales a la hora de trabajar con las nuevas tecnologías. Según un informe realizado por Ricoh, casi el triple de los encuestados encuadrados en la Generación Z se sienten más atraídos por aquellas empresas que utilizan la tecnología para trabajar más eficientemente (28 por ciento) frente a individuos pertenecientes a otras generaciones previas (10 por ciento) .Otro aspecto también crucial es que, según el informe, la preferencia por la comunicación cara a cara ha caído desde el 77 por ciento entre los Baby Boomers al 58 por ciento entre los de la Generación Z.
De acuerdo a la investigación impulsada por Ricoh, existen tres áreas fundamentales donde la globalización afectará a las empresas. En primer lugar, éstas tendrán que lidiar con la aparición de un consumidor mundial, con expectativas superiores y requerimientos muy locales. Además, el trabajo colaborativo (y las tecnologías que lo permiten) dibujarán un nuevo mercado global de ideas e innovación. Por último, el impacto de la competencia empresarial a escala global retará y cambiará el modo en que se ejerce el liderazgo, tanto en empresas locales como mundiales.

Nativos digitales e innovadores
La innovación, la colaboración y la agilidad corporativa son elementos vitales para el desarrollo de los mercados globales, que han de nutrirse de una red mundial de ideas y deben asegurarse de introducir planteamientos locales como parte de su estrategia de expansión global. En paralelo, deben utilizar la tecnología como catalizadora para el desarrollo del negocio.
Según el estudio más del doble de los Gen Z, al haber sido la última generación en incorporarse al mercado laboral y mejor preparada que cualquiera de las previas para adoptar las nuevas tecnologías y las formas de trabajo de la globalización, se sienten atraídos por una empresa que les permita sentir que están haciendo algo diferente en el mundo (el 34 por ciento frente al 13 por ciento de los Baby Boomers), 14 por ciento de la Gen X y el 15 por ciento de los Millennials.
Según los expertos, la capacidad para entrar en los mercados en desarrollo a menudo depende de abordar o superar los problemas sociales que han retraído el desarrollo comercial local. Es más probable que una compañía extranjera se granjee la confianza de los consumidores locales si se compromete activamente con una actividad de RSC. Es aquí donde, según el trabajo, los integrantes de la Generación Z se convierten en el eslabón natural que une el imparable poder de la globalización con el impacto social de su trabajo, un aspecto que gana peso en la elección de su carrera profesional.