El objetivo era realizar 36 transferencias en el banco de la Reserva Federal de Nueva York, en las que mover dinero desde el banco de Bangladesh con destino a cuentas de casinos en paraísos fiscales como Filipinas o Sri Lanka. Un grupo de hackers estuvo a punto de cometer un desfalco de casi mil millones de dólares. Sin embargo, una falta de ortografía hizo saltar las alarmas del banco y pudo evitar que la cifra del robo fuese tan alta.
Lograron realizar cuatro operaciones con éxito, por valor de 81 millones de dólares, lo que podría colocar a este desfalco entre uno de los más grandes de la historia, superando con creces al famoso robo al centro de diamantes de Amberes, considerado el mejor planificado de todos los tiempos y donde los ladrones lograron 50 millones de dólares en diamantes.
El banco de Nueva York canceló todas las operaciones pendientes al leer en la quinta transferencia (por valor de 20 millones). Los hackers habían escrito como destinatario del dinero a «Shalika Fandation«, en lugar de Foundation (en inglés, fundación), un error que evitó que se moviesen 870 millones de dólares más.