La presión de los tipos de interés al 0% empuja a las entidades financieras a buscar nichos de clientes para crecer. Por eso, han puesto en marcha una estrategia cuyo objetivo es la captación de usuarios rentables y el segmento de pymes es el más codiciado, al ser el que deja un mejor margen de negocio. La guerra por atraer el mayor número de empresas se ha endurecido en los últimos meses y Banco Santander ha sido uno de los más activos en impulsar su negocio con pymes. El reto es dar el salto y convertirse en el banco de referencia de las pymes, título que lo tiene desde hace ya varios años Banco Popular.
Su cuota de mercado en España en el segmento de pymes es del 20% y su objetivo es ganar dos puntos porcentuales más este año, lo que le llevaría a controlar el 22% del total del negocio bancario con pequeñas y medianas empresas en el país. En este sentido, lanzaron la cuenta 1,2,3, según el banco, “un nuevo concepto de relación con el cliente que premia su vinculación por transaccionalidad e incrementa la relación entre la pymes o el particular y el banco”.
Las cifras son buenas. Hasta el momento, el banco ha superado el millón de nuevas cuentas entre pymes y particulares, y en 2016 espera alcanzar los dos millones de clientes. La presidenta de Santander, Ana Botín, explicó en la última junta de accionistas del banco que en Reino Unido esta estrategia de vinculación ha llevado a la entidad a incrementar “el beneficio neto un 61% desde 2012”. La estrategia 1,2,3, destinada solo a pymes, se complementa con una oferta no financiera con la que el banco apoya a las pymes en su formación, internacionalización, empleo y digitalización, explica la entidad. La cuenta 1,2,3 para pymes ofrece bonificaciones por pagos de nóminas y seguridad social, impuestos y suministros relacionados con la actividad empresarial. A finales de año esta cuenta había sido contratada por 50.000 pymes.
