Los responsables de la empresa Durmet conocían el estudio que afirma que los españoles se encuentran entre los más infieles de Europa, con una media de 2,3 aventuras al año. A partir de ahí, surgió la idea de desarrollar un sistema de detención de infidelidades, al que han bautizado como Lover Detection System, e implantarlo en un colchón.
Este sistema se basa en 24 sensores ultrasónicos distribuidos en seis columna y cuatro filas colocados en el interior del colchón, aprovechando los conos de los muelles. Un algoritmo se encarga de determinar si los movimientos que detecta se corresponden con actividad sexual. Cuando la detecta envía una alerta al usuario, que puede abrir la app para comprobar el movimiento, la intensidad e inclusión el historial.
La identificación de la actividad es clave. Si no se realiza bien, el sistema podría dar alertas cuando se sube una mascota a la cama o cuando alguien se sienta sobre el colchón.Los sensores y el módulo de comunicación se alimentan con una batería extraíble oculta en la parte de la cabecera que tiene una autonomía de una semana y se carga por USB.
Durmet lleva años distribuyendo colchones, pero lo que esperan conseguir con este ‘Smarttstress’ es dar a conocer la marca. El precio es de 1.550 euros para el de 135 x 190 y llega a los 2.050 euros para el de 150 x 200 centímetros.