LG ha bautizado a su nueva televisión como Signature OLED W precisamente por su grosor, de tan sólo 2,57 mm. La compañía ha presentado este producto en el CES de Las Vegas, y una de las principales novedades es que no se ancla a la pared, sino que se monta sobre un sistema magnético que elimina el espacio que separa la pantalla de la pared. Sólo tiene un cable plano que es posible ocultar o disimular fácilmente y que conecta la pantalla a una barra con los puertos HDMI, la electrónica y unos altavoces de sonido envolvente certificados como Dolby Atmos.
El efecto es sorprendente y lo consigue manteniendo las ventajas de la tecnología OLED sobre los paneles clásicos de LCD o IPS, como la posibilidad de mostrar un mayor contraste, un negro puro y un mayor rango de colores.
La pantalla, para la que LG aún no ha dado un precio aproximado, tendrá también la nueva versión del sistema operativo WebOS, con aplicaciones nativas para varios proveedores de contenido online, como Netflix o amazon Video. Algunas de estas características también estarán disponible en otros modelos de televisores OLED y de tecnología IPS que la compañía espera poner en el mercado a lo largo del año, pero que tienen grosores y diseños convencionales.