Con la cara o con el patrón de las venas: así pagaremos las compras en el futuro

Los pagos biométricos se suman a las opciones contactless que también buscan sustituir a las tarjetas

Publicado el 08 Mar 2019

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Mientras que algunos aún nos resistimos a pagar nuestras compras con el móvil (al 40,5% de los españoles aún les asusta pagar una compra con su smartphone, según una encuesta realizada en 2018 por el comparador financiero HelpMyCash), otros van una generación por delante y se implantan microchips en la mano para pagar un billete de tren.

Gracias a la tecnología NFC (near field communication), hoy en día hasta nuestros dedos pueden sustituir a las tarjetas. Parece ciencia ficción, pero no lo es, al menos para los más de 4.000 suecos que ya tienen un pequeño microchip, del tamaño de un grano de arroz, implantado en sus manos. Con él pueden pagar el billete del tren, abrir la puerta de casa o pagar compras en máquinas de autoservicio.

Si bien es cierto que los implantes aún tienen mucho camino por recorrer, la industria de los medios de pago está viviendo una verdadera revolución y la pregunta ¿con tarjeta o en efectivo? se está quedando obsoleta. Los wearables y la biometría tienen cada vez más presencia. De hecho, para 2022 más del 70% de las organizaciones usarán alguna forma de autentificación biométrica para sus empleados, según estima la consultora Gartner.

Biometría vascular

La fintech inglesa Fingopay está implantando un sistema que permite abonar compras usando el patrón de las venas de los dedos. Un dispositivo se encarga de capturar dicho patrón, identificar al cliente y aceptar el pago. Según la compañía, “hay una posibilidad entre un millón de que un impostor pudiese hacerse pasar por ti”. De momento, este sistema de pago por biometría vascular solo está disponible en las cafeterías de la Escuela de Negocios de Copenhague y en la Universidad Brunel de Londres.

Pagar con una sonrisa

En 2017 en China la expresión pagar por la cara cobró más sentido que nunca. Alibaba lanzó un servicio de reconocimiento facial que permitía a los clientes de algunos restaurantes de la cadena KFC pagar sus compras con una sonrisa. La tecnología Face++ está detrás de este avance. En noviembre del pasado año, Yum China, que opera la marca de comida rápida en el gigante asiático, anunció que había extendido su sistema Smile-to-Pay a más de 300 restaurante del país.

El reconocimiento facial como medio de pago también ha llegado a España de la mano de los bancos que, no obstante, de momento lo están probando solo con sus empleados. BBVA incorporó el pago por reconocimiento facial el pasado año en los restaurantes de su sede. Los empleados pueden abonar sus compras sin tarjeta: basta con mirar a una cámara y listo. “El sistema identifica el rostro del cliente (previamente registrado en el sistema) y realiza automáticamente el cargo en su tarjeta para hacer efectivo el pago”, explica la entidad.

Banco Sabadell también lanzó una prueba piloto de pago por reconocimiento facial en diciembre del pasado año. El programa se puso en marcha en las cafeterías de sus sedes en Sant Cugat (Barcelona), Madrid y Alicante y participaron más de 200 personas. El patrón biométrico de la cara del cliente “distingue alteraciones en la fisonomía de una persona como por ejemplo el maquillaje, el uso de gafas u otros accesorios y el afeitado”, explica el banco. El objetivo, según señaló el Sabadell, era “reducir el tiempo del proceso de pago y hacerlo sin depender de ningún dispositivo”.

Los ‘wallets’ acercan la identificación biométrica a los españoles

Las apps de pago móvil han sido las encargadas de acercar la identificación biométrica a la mayoría de los ciudadanos. Samsung Pay permite autorizar las compras mediante el escáner del iris o el reconocimiento de la huella dactilar, sin necesidad de introducir el pin en el datáfono independientemente del importe. Apple Pay, por su parte, permite verificar la identidad del comprador mediante la huella dactilar (Touch ID) o el reconocimiento facial (Face ID).

Adiós al código pin

Este tipo de sistemas de pago no solo permiten olvidarse las tarjetas y el efectivo en casa, sino que hacen que los pagos sean más fáciles al no tener que recordar ningún código pin, ya que la identificación se realiza analizando los datos físicos del cliente, señalan desde el comparador bancario HelpMyCash.

De acuerdo con una encuesta realizada por Visa en 2017 en la que participaron 1.000 estadounidenses, el 86% de los consumidores estaban interesados en usar la biometría cómo método para identificar la identidad de alguien y hacer pagos y el 46% pensaba que este sistema era más seguro que usar contraseñas o pins.

Por su parte, una encuesta de Unisys publicada el mismo año revelaba que el 63% de los participantes creía que la biometría era más segura que el tradicional código pin y el 57% consideraba que la huella dactilar era el sistema más seguro para autentificarse.

Chaquetas, anillos y pulseras ‘contactless’

Los pagos biométricos se suman a las opciones contactless que también buscan sustituir a las tarjetas. ImaginBank, Banco Santander y CaixaBank permiten a sus clientes solicitar pulseras que incorporan la tecnología NFC y con las que se puede pagar acercando la muñeca a la superficie del TPV.

Y si hay pulseras, ¿por qué no va a haber anillos? El McLear Ring está hecho de cerámica y permite pagar en cualquier comercio que tenga un TPV con la tecnología contactless acercando el dedo al dispositivo. Tiene un precio de 129 libras y de momento solo está disponible en el Reino Unido. Los aros comercializados por KRing son otro ejemplo: hechos también de cerámica, tienen un coste de 99,99 libras, salvo para los clientes del banco neerlandés ABN AMRO, que se ahorran 25 libras.

Visa presentó unas gafas de sol en 2017 con un pequeño chip NFC oculto en la patilla. También se han lanzado prendas de ropa como chaquetas o trajes, uno de ellos firmado por Samsung, con chips para pagar compras.

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Redacción TICPymes

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